En 2017, la Unión Europea decidió crear el programa Horizonte2020 para financiar distintas investigaciones destinadas a aumentar la seguridad alimentaria, reducir el impacto medioambiental o desarrollar nuevas fuentes de energía, entre otras cosas. En medio de todo eso había un programa que giraba en torno al vehículo eléctrico llamado 'GV-04'. El objetivo de este programa era desarrollar la "próxima generación de motores y trenes de potencia eléctricos", en los que se tendría especialmente en cuenta el diseño, que tuvieran un bajo peso y que fuesen baratos de producir.
Uno de los proyectos más interesantes que ha participado en este programa ha sido el de Drivemode, que ha desarrollado un módulo compacto para coches eléctricos que agrupa en el mismo conjunto el motor eléctrico, la transmisión y el convertidor. Un módulo ultra compacto que no sólo cumple con los requisitos solicitados por la Unión Europea, sino que además -según sus creadores- podría ser usado en todos los coches eléctricos, sin importar de qué fabricante sea.
Esta afirmación se desprende del hecho de que este módulo es tan pequeño y escalable que se podría adaptar a cualquier diseño y a cualquier tipo de coche en el que se quisiera implementar. Este compacto motor eléctrico puede tener una potencia de entre 35 kW (48 CV) y 60 kW (81 CV), con picos de hasta 90 kW (123 CV), con una cifra de par que se movería alrededor de los 100 Nm. Gracias a su pequeño volumen, la idea es que se utilicen varios módulos en cada coche, dispuestos en cada rueda, y al menos dos. Por tanto, de necesitar un modelo con tracción en las cuatro ruedas podríamos estar hablando de una potencia conjunta de más de 320 CV y unos 400 Nm de par.
Según sus desarrolladores, la transmisión puede alcanzar una eficiencia del 97 por ciento y el convertidor, fabricado en carburo de silicio (SiC), puede trabajar a más de 20 kHz de frecuencia y con voltajes de hasta 900 V. El hecho de que tanto el motor como la transmisión funcionen a alta velocidad los hace más potentes y eficientes manteniendo un tamaño reducido, lo que permite ahorrar en el uso de materiales y en el peso final del vehículo, y además la recarga puede ser también más rápida.
Drivemode habla de una posible revolución en el futuro si los fabricantes adoptan este tipo de módulos en cada rueda del coche, pudiendo hacer incluso desaparecer el sistema de dirección que conocemos hasta ahora o el sistema de control de estabilidad tal como lo conocemos hoy en día. Además, aseguran que el sistema de suspensión podría beneficiarse gracias a un comportamiento más predecible, e incluso el sistema de frenos podría cambiar de forma radical, aunque esto último son solo suposiciones para el futuro.