Elon Musk, conocido por sus contundentes comentarios, ha vuelto a publicar un breve pero tajante mensaje en X (antiguamente Twitter) asegurando que muchos fabricantes automovilísticos no lograrán sobrevivir en estos tiempos difíciles que atraviesa la industria.
"Muchas empresas automovilísticas no lo lograrán", publicaba Musk en referencia a un mensaje sobre la supervivencia de Nissan. La compañía nipona atraviesa momentos complicados; hace apenas unos días, dos ejecutivos anónimos de la propia Nissan dijeron que la compañía tiene "entre 12 y 14 meses para sobrevivir".
Many car companies won’t make it https://t.co/cCsxvbH8As
— Elon Musk (@elonmusk) November 27, 2024
Nissan, ¿en la cuerda floja?
El mensaje de Elon Musk respondía a una publicación de Sawyer Merritt, quien se hacía eco de las declaraciones de los dos ejecutivos anónimos de Nissan y su situación ante las cuerdas. Unas declaraciones que ponen en evidencia la complicada situación financiera de la marca japonesa, que hace unos días anunció el recorte de 9.000 empleos y la reducción de su producción en un 20 por ciento.
Además, Nissan ha sufrido una caída del 85% en su beneficio operativo durante el último trimestre, lo que agrava aún más su capacidad para invertir en nuevos productos y tecnologías para mantenerse competitiva en un sector en completa transformación.
Hay más fabricantes en problemas
La situación de Nissan es un ejemplo claro de los retos que tienen por delante algunos fabricantes, especialmente los llamados tradicionales. La transformación tecnológica e inversiones que implica la transición al coche eléctrico, la feroz competencia de China y las caídas de beneficios de los últimos trimestres están haciendo temblar los cimientos de la industria.
Pero Nissan no es la única que enfrenta tiempos difíciles. Stellantis, el cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo, también ha mostrado señales de estrés en algunos de sus mercados clave. En Europa, varias de sus marcas, como Fiat o Citroën, han experimentado caídas significativas en las ventas, lo que ha llevado a ajustes en su producción. Por su parte, Ford despedirá a 4.000 trabajadores en Europa y sigue perdiendo dinero en su división de vehículos eléctricos. Y el Grupo Volkswagen tiene sobre la mesa el posible cierre de hasta tres fábricas, aunque todavía está pendiente de negociación.
El reto de la transición eléctrica
Los próximos años serán decisivos. El sombrío mensaje de Elon Musk resalta una realidad incómoda para la industria: es posible que no todas las marcas sobrevivan a esta nueva era. De hecho, algunas startups que se las prometían felices ya han experimentado el amargo sabor de la bancarrota. El alto coste de desarrollo de los vehículos eléctricos, junto con las vicisitudes económicas globales y el implacable poderío de China, están pasando factura. Las empresas que no logren adaptarse rápidamente a las nuevas demandas del mercado y de los consumidores podrían quedar en el camino. Quizá el ejemplo más signifactivo, por lo que simboliza, es la quiebra del mayor fabricante de baterías europeo.
Por su parte, Tesla, la marca que dirige Elon Musk, sigue cosechando éxitos en un entorno cada vez más competitivo y sigue ganando dinero por un tubo: 2.180 millones de dólares de beneficio el trimestre pasado, un 17% más que en el mismo período del año anterior. Pero tampoco se puede dormir: su modelo más vendido, el Model Y, lleva cinco años sin actualizarse y en algunos mercados se está resintiendo. Y, aunque se actualizan continuamente a nivel de software, va pidiendo un lavado de cara. La llegada del nuevo Tesla Model 3, que ha supuesto un revulsivo en ventas para ese modelo, es un buen ejemplo de lo bien que ha venido la actualización. Tesla lo sabe y el nuevo Model Y ya está en camino.