La figura del Espíritu del Éxtasis de Rolls-Royce es uno de los emblemas o figuras más conocidas en la industria del automóvil. También una de los más elegantes, sin duda. Estoy convencido de que has oído hablar sobre esta figura, pero quizá no tanto sobre su origen. Y lo más curioso: lo que comparte con la marca de ropa más valiosa del mundo.
El origen del Espíritu del Éxtasis se remonta a 1910, cuando el escultor Charles Sykes creó esta imagen para la marca británica. En 1911 empezaron a colocarla en sus coches, pero no fue hasta principios de la década siguiente cuando empezó a instalarse de serie en absolutamente todos los Rolls-Royce que se fabricaban.
Una figura elegante que representa imagen en movimiento, una especie de eternidad. Rolls-Royce celebra este 2024 celebra su 120º aniversario y ha querido rendir homenaje a su musa en un coche muy especial, el Rolls-Royce Phantom Scintilla. Una colección de sólo 10 unidades con el interior más complejo y laborioso en la historia de Rolls-Royce: las costuras del interior llevan 869.500 puntadas y se necesitan más de 40 horas en cada coche sólo para este trabajo.
El Phantom Scintilla tiene otro detalle muy especial: su Espíritu del Éxtasis está hecha de cerámica, y el motivo está más que justificado.
El Espíritu del Éxtasis y la Victoria Alada de Samotracia
En 1910, el director general de Rolls-Royce por aquella época, Claude Johnson, encargó al escultor e ilustrador Charles Sykes que creara una figura para Rolls-Royce. Johnson ya tenía una inspiración en mente: en un viaje a París, había visitado el Louvre y había quedado muy impresionado por la Victoria Alada de Samotracia, una de las esculturas más famosas de la antigua Grecia que data del año 190 a. C.
La Victoria Alada de Samotracia, cuya autoría no se conoce con certeza, es la estatua que inspiró la idea original de Claude Johnson para el emblema de Rolls-Royce. Sin embargo, Sykes pensaba que la estatua era demasiado dominante, tenía una presencia demasiado poderosa, para lo que Rolls-Royce quería.
La gracia, el silencio y la velocidad, y ese poder sutil que inspiraba la marca necesitaba de una figura más delicada. Quizá por eso, hoy en día se acepta generalmente que Sykes se inspiró en Eleanor Thornton, secretaria y amante de Lord Montagu, pionero del automovilismo, para la figura que finalmente se convertiría en el Espíritu del Éxtasis.
La famosa estatua está esculpida en mármol de Paros, un mármol blanco de grano fino extraído durante la era clásica en la isla griega de Paros. Conocido por su pureza y resplandor, este material permite que la luz penetre hasta una profundidad de varios centímetros, lo que le da un brillo que parece provenir del interior. Al crear el Phantom Scintilla, Rolls-Royce ha recuperado parte de la inspiración original de Johnson y ha fabricado su estatuilla en cerámica para asemejarse al mármol, tanto al tacto como a la vista.
La diosa Niké
Vale, ¿pero qué tiene todo esto que ver con Nike, la marca de ropa y calzado? Habíamos dicho al principio que esta marca, la más valiosa del mundo en el sector textil, y el Espíritu del Éxtasis de Rolls-Royce están relacionados en cierto modo. Y para ello hay que hablar de mitología griega.
La Victoria Alada de Samotracia representa a Niké, la diosa griega de la victoria. Una figura femenina con alas que se posa sobre la proa de un navío, con una leve torsión del cuerpo para expresar un gracil movimiento. Es conocida por su representación de movimiento y la sutileza en los pliegues de la ropa y el manto que la cubre, agitadas por el viento.
La diosa Niké personificaba la victoria, tanto en la guerra como en las competiciones deportivas, y de hecho sus alas simbolizaban de alguna manera la velocidad, la fuerza y el éxito. Cuando los fundadores de Nike, Phil Knight y Bill Bowerman, decidieron renombrar su empresa (llamada Blue Ribbon Sports originalmente), querían un nombre que reflejara velocidad, movimiento, triunfo... Al fin y al cabo, valores estrechamente relacionados con una marca de ropa deportiva.
Cuenta la leyenda que fue Jeff Johnson, uno de los primeros empleados de la empresa, quien sugirió el nombre "Nike" tras haberlo soñado. Los jefes aceptaron rápidamente, pues el nombre se relacionaba directamente con el ideal y los valores a los que la empresa aspiraba. Eliminaron la tilde original para el nombre definitivo de la marca y el resto, como suele decirse, es historia.