Si construir la infraestructura de carga para vehículos eléctricos fuese una competición, Endesa acabaría de tomar una ventaja considerable respecto a sus competidores. La eléctrica presentó el pasado viernes Endesa X, la marca con la que esperan "inundar España de puntos de recarga", según el director general, Josep Trabado. El proyecto está diseñado para construir 108.500 puntos hasta 2023, el plan más ambicioso presentado hasta el momento. Solo Iberdrola, que planea instalar 25.000 cargadores hasta 2021, se acerca.
De los puntos que promete Endesa, 100.000 se instalarán en garajes o viviendas privadas, aunque Trabado aclaró que el número "dependerá de la cantidad de vehículos que se vendan". Para los 8.500 restantes se hará una inversión de 65 millones de euros y estarán destinados a las vías públicas. Su construcción se realizará en dos periodos. El primero estará comprendido entre 2019 y 2020 y, cuando haya finalizado, habrá 2.000 postes en alrededor de 15.000 kilómetros de autovía. El objetivo, según Trabado, es que los conductores "tengan un punto cada 100 kilómetros". La segunda fase del plan se realizará entre 2021 y 2023 y se construirán 6.000 cargadores en otros enclaves públicos, como centros comerciales, gasolineras o párkings.
Iberdrola es la única energética que ha presentado un plan que se acerque al de Endesa. La compañía con sede en Bilbao anunció en marzo que construiría 25.000 puntos hasta 2021. Sin embargo, todos serán privados: 16.000 en hogares y 9.000 en empresas que apuesten por la movilidad eléctrica. Asimismo, Iberdrola anunció también la instalación de 200 puntos de carga rápida en autovías, que espera tener disponibles a finales de 2019, con la misma idea de llegar a un cargador cada 100 kilómetros. La compañía ya cuenta con otros 30 repartidos por la geografía española.
La Comisión Europea estipuló que España debía contar con 220.000 puntos de recarga en 2030, mientras que el Parlamento Europeo elevó sus exigencias hasta los 500.000 cargadores. Esto supondría una fuerte inversión, y es que la instalación de un punto de carga rápida –de unos 50 kilovatios de potencia– cuesta alrededor de 50.000 euros. Los cargadores de carga media o lenta (con un máximo de 22 kilovatios) serán, en cambio, más asequibles, y uno de los grandes objetivos que persiguen las instituciones es que cada usuario de vehículo eléctrico cuente con uno de esta modalidad en sus dependencias.
Acuerdos con otras compañías externas al sector de la automoción
La incursión en movilidad eléctrica ha propiciado que tanto Endesa como Iberdrola hayan llegado a acuerdos con compañías ajenas al sector energético. En este sentido, Endesa ha cogido más impulso que el resto de compañías.
La mayor eléctrica de España planea la construcción de 4.000 'electrolineras', como se conoce a las estaciones de carga rápida. Para ello, el plan consiste en negociar con las cuatro mayores empresas de aparcamientos del país: Saba, Empark, Indigo y Parkia. Además, en el mismo proyecto se contemplan alianzas con compañías que dispongan de centros con zonas de estacionamiento. En ese espectro entran otras empresas como la cadena de supermercados Carrefour, la de comida rápida McDonald's o la firma de equipamiento deportivo Decathlon, así como con cadenas hoteleras como Holiday Inn o Ibis.
Iberdrola también ha llegado a dos acuerdos. El primero con la petrolera Avia para instalar 27 puntos de carga rápida. El segundo y más reciente lo firmó con la compañía sueca Ikea para construir 50 puntos de recarga en los aparcamientos de sus centros. Iberdrola anunció que estos puntos suministrarán energía 100% renovable a partir de 2019.
Multinacionales como Cepsa también han mostrado su interés por participar en el negocio de la futura movilidad. La petrolera española firmó recientemente un acuerdo con Carrefour para suministrar electricidad y energía en 300 tiendas y ofrecer paquetes de descuento. El convenio se une al alcanzado en julio, al firmar un contrato de 10 años con Ionity –una empresa formada por los fabricantes de automóviles BMW, Volkswagen, Daimler y Ford– para instalará hasta 100 puntos de recarga ultrarrápida en las estaciones de servicio Cepsa (con una potencia de hasta 350 kilovatios) en España y Portugal. Está previsto que los primeros puntos de recarga estén operativos a principios de 2019. Además, la compañía ha anunciado recientemente que está estudiando distintas opciones para entrar en el negocio del coche compartido en ciudades.
Repsol, por su parte, ha apostado por diferentes vías. Para crear su propio negocio de carsharing alcanzó un acuerdo con Kia para lanzar Wible, y ya cuenta con 42 cargadores públicos de carga rápida –50 a partir del próximo enero– a través de Ibil, una compañía que ya cuenta con 200 puntos de recarga en 112 ubicaciones distintas.
En cuanto a los fabricantes de vehículos, el último en anunciar novedades ha sido Nissan. La marca japonesa publicó a principios de octubre que había llegado a un acuerdo con la empresa española Easycharger para ampliar su red con 100 puntos de carga rápida, que se unirán a los 117 cargadores con los que ya cuenta en sus concesionarios. En total, el objetivo es cubrir cada 150 kilómetros con un cargador. Tesla, por su parte, cuenta con 25 estaciones de carga rápida para sus coches eléctricos en España, y prevé añadir otras 19 el próximo año.
Las gasolineras tendrán que tener puntos con energía renovable
El Gobierno planea obligar a las estaciones de servicio a ofrecer un punto de recarga para vehículos eléctricos. Así lo recoge en su anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, e indica que el origen de dicha electricidad deberá ser completamente renovable. Con esta medida, los propietarios de las estaciones que en 2017 superasen los diez millones de combustible en ventas tendrían nueve meses para presentar su proyecto de remodelación, mientras que los de las gasolineras que expendiesen entre cinco y diez millones tendrían 15 meses para presentar su adaptación a la nueva normativa.
La intención del Ejecutivo es facilitar la adaptación de las gasolineras a la nueva movilidad eléctrica y aumentar los ingresos derivados. El director gerente de la Asociación para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico, Arturo Pérez de Lucía, lo explicaba en declaraciones recogidas por Europa Press. "Es importante porque para una estación de servicio, el beneficio por el combustible representa apenas el 1% mientras que el de los servicios adicionales es del 35%. Por tanto, el usuario de vehículo eléctrico, cuya mecánica de recarga le hace permanecer unos minutos en el establecimiento, consume esos servicios en restauración, tienda o detailing".