Con una industria que ha puesto el foco en el desarrollo de coches eficientes y de bajo consumo, son pocos los modelos de vocación deportiva que últimamente llegan a los concesionarios. Esta tesitura pone en aprietos a fabricantes de componentes deportivos, ya que aunque también tienen sus respectivas divisiones de venta de productos directa a particulares, lo cierto es que gran parte de su estructura empresarial se sostiene gracias a los tratos con los grandes fabricantes de coches.
Una de las primeras empresas de este tipo en sufrir los efectos del cambio de rumbo de la industria ha sido la alemana Recaro Automotive, uno de los fabricantes más antiguos de asientos, especializada mayormente en asientos automóviles, ha anunciado este martes su quiebra ante un tribunal alemán y comunicado la situación financiera de la compañía a los 215 trabajadores en su fábrica de Kirchheim unter Teck (Alemania).
Concretamente, La división automovilística del grupo, que también fabrica asientos para aviones y sistemas de retención infantil, es la que se ha declarado en quiebra tras haberse vendido a Johnson Controls en 2011.
Posteriormente, Johnson Controls cambió su nombre y operaciones comerciales, rebautizándose como Adient, que terminó por vender los derechos de Recaro Automotive a Raven Acquisitions, una firma de capital privado estadounidense, hace cuatro años.
En la última presentación de resultados, Recaro admitió que durante años sus empleados habían renunciado a parte de sus salarios para favorecer la "estabilización económica" de la compañía, cuyo comité de empresa tiene previsto reunirse con los sindicatos en los próximos días, según el representante mayoritario de los trabajores, IG Metall.
Como en todo proceso de quiebra, la probabilidad de que aparezca algún comprador de última hora está presente y, como mandan la tendencia en estos últimos tiempos, si algún consorcio acaba salvando a Recaro probablemente sea a través de capital chino.
Un cambio que va más allá de la ausencia de coches deportivos
El colapso de Recaro Automotive se une a la crisis transversal que vive el sector de los proveedores de automoción a causa del cambio de rumbo que vive la industria. Otro fabricante de componentes de corte deportivo es BBS, especializado en llantas, también ha solicitado en los últimos días la declaración de insolvencia en el Tribunal Local de Rottweil.
Sin salir de Alemania, que es el país europeo con mayor herencia automovilística, es el el proveedor de componentes ZF. Ésta, que sustenta gran parte de su economía en la producción de cajas de cambio (algo que no necesitan 99 % de los coches eléctricos en producción) anunciaba el pasado viernes una reestructuración que contempla 14.000 despidos en los próximos años con el cierre paulatino de algunos de los 35 centros de trabajo con los que cuenta la empresa. Con ello ZF se estaría adelantando en la caída de la demanda de transmisiones, aunque ya comienza en realidad a tener esceso de inventario.
En Francia, que también tiene un gran tejido industrial articulado en torno al automóvil, Valeo ha sido durante años uno de los pilares y principales socios de los mayores consorcios del país vecino, y por las mismas razones que ZF está buscando compradores para tres de sus fábricas y con ello salvar más de un millar de puestos de trabajo. De acabar encontrando la manera de salvarse, probablemente sea gracias a su adquisición por parte de alguno de los fabricantes chinos que ha irrumpido en el Viejo Continente en estos últimos años.