Según algunos expertos, Tesla no es realmente un fabricante de automóviles. Su estrategia, claramente encaminada a lograr el coste de baterías más bajo del mercado, convertirá esta línea de negocio en la más rentable del fabricante californiano y sus coches eléctricos serán consumidores de su producto principal.
Las baterías de los coches eléctricos de Tesla son uno de sus secretos mejor guardados. Su coste de producción es el más rentable de la industria, según un informe de la consultora UBS, a pesar de que, al utilizar celdas cilíndricas, el proceso de empaquetamiento requiere ensamblar muchas más celdas que el resto de fabricantes.
En muchas ocasiones se plantea la cuestión de cuales de los fabricantes tradicionales destronará a Tesla de su liderazgo en el mercado de los coches eléctricos. Sin embargo la mayoría de ellos, a pesar de anunciar inversiones muy importantes, no abandonarán de un día para otro los motores de combustión que, hoy por hoy, son los que realmente dejan un alto margen de beneficio. Pero incluso si esto fuese así y la electrificación de sus flotas se acelerase hasta convertirse en la tecnología de propulsión principal, todavía Tesla guardaría un as en la manga. Sus baterías son tecnológicamente superiores, tienen mayor capacidad, son más fiables, y son menos costosas de producir gracias a la economía de escala, lo que le ofrece una gran ventaja competitiva.
Tesla utiliza celdas de baterías cilíndricas.
Las baterías de Tesla utilizan celdas cilíndricas básicas, mientras que el resto de los fabricantes recurren a celdas prismáticas o tipo bolsa. El trabajo realizado junto a su socio Panasonic, le ha llevado a desarrollar unas nuevas celdas optimizadas para sus vehículos, ensamblando grandes cantidades de ellas en cada paquete. Así, por ejemplo, la batería del Chevrolet Bolt, con 60 kWh de capacidad contiene 288 celdas y la del Nissan Leaf, 192. Sin embargo, la batería de menor tamaño del Tesla Model 3, de 50 kWh contiene 2.976 celdas, y las de 100 kWh del Model S o el Model X, 8.256.
Por un lado las celdas más pequeñas son más baratas, pero el proceso necesario para ensamblar el paquete es mucho más complejo y por lo tanto más costoso. En este punto reside el enigma: ¿Cómo logra Tesla las baterías más baratas del mercado teniendo que ensamblar tal cantidad de celdas?
La respuesta a esta pregunta no la tiene nadie que no pertenezca a la empresa. Tesla lleva diez años desarrollando este proceso y no existen imágenes ni vídeos en los que se vea como se ejecuta. Los robots necesitan realizar dos enlaces por cada celda para unir el polo negativo y el positivo. Esto implica que sus máquinas deben trabajar muy rápido o disponer de una gran cantidad de ellas trabajando en esta tarea, lo que aumentaría el coste de cada batería.
En un artículo publicado por la revista Wired en 2017, un ex empleado de Tesla comentó que los paquetes de baterías del Model S y del Model X se ensamblaban en un segundo piso "secreto" de la fábrica de Fremont. Elon Musk, CEO de la compañía, dijo en 2017 que estaban llevando a los robots al límite de la velocidad a la que pueden operar y reclamaba a sus proveedores que desarrollasen máquinas más rápidas, llegando a decir que "deberíamos necesitar una luz estroboscópica para ver los movimientos".
Pero estos robots no parecen haber llegado a la Gigafactoría de Tesla en Nevada, a no ser que trabajen en algún lugar secreto dentro de las instalaciones. Los medios de comunicación que han podido visitar la factoría han observado una alta automatización en la zona donde se fabrican las baterías, además de un estricto protocolo de seguridad, que no permite realizar ni fotos ni vídeos.
Interior de la Gigafactoria de Tesla.
A pesar de todo este misterio, el hecho es que Tesla está logrando fabricar las baterías más baratas del mercado. Elon Musk ya ha advertido que el negocio de almacenamiento estacionario de la compañía podría algún día ser más importante que el de la fabricación de coches eléctricos. Según ha escrito Enrique Dans en la revista Forbes, "la fabricación de baterías se convertirá en una de las industrias más importantes del planeta. Quien la domine ocupará un lugar privilegiado suministrando este producto a una amplia variedad de industrias, desde los vehículos eléctricos, pasando por la electrónica portátil y los artículos para el hogar, hasta, por supuesto, la generación de electricidad".
Hace doce años, cuando Elon Musk describió el "plan maestro secreto de la compañía", habló no solo sobre fabricar coches eléctricos baratos, sino sobre la generación de electricidad con cero emisiones. Hoy en día resulta que la producción de baterías ha sido la clave en su estrategia. Veteranos de la industria automotriz como Bob Lutz, que ha sido, sucesivamente, vicepresidente de Ford, presidente y luego vicepresidente de Chrysler y vicepresidente de General Motors, ya advirtió que para entender la hoja de ruta de Tesla había que considerar que no era un fabricante de automóviles sino una empresa de baterías.
Dans concluye en su artículo que los coches eléctricos de Tesla son consumidores del producto principal de la compañía: las baterías. Esta industria se volverá cada vez más importante y eventualmente podría superar a la industria automotriz, que se enfrenta a la disminución de la demanda de vehículos privados.