Noruega sigue marcando el camino hacia la desaparición completa de los coches de combustión transformando completamente su parque móvil a vehículos eléctricos. El escenario planteado hace más de veinte años por sus gobernantes, mantenido en el tiempo, le ha llevado a que en diciembre de 2020, dos tercios de las ventas de coches nuevos sean modelos cien por cien eléctricos. Sumando los híbridos enchufables la cuota de vehículos electrificados con baterías recargables en la red eléctrica alcanza el 87%. Estas cifras dejan cada vez menos margen a los modelos de combustión que, poco a poco, de manera natural, están desapareciendo de sus carreteras. ¿Cuándo veremos algo así en España?
Según los datos históricos de los últimos diez años publicados por Norwegian EV Association y la Agencia Reuters la progresión del mercado de vehículos electrificados, incluyendo los híbridos convencionales, los híbridos enchufables y los eléctricos puros, no deja lugar a dudas. Si en 2011 estas tres tecnologías no alcanzaban ni el 5% de la cuota de mercado, en 2020, su suma está por encima del 80%.
En diciembre del año pasado los coches de gasolina representaron una cuota de tan solo el 2,7% de los vehículos vendidos, mientras que los diésel se quedaron en 4,8% diésel. En total un 7,5%, un nuevo récord histórico, otro más, que ya casi no es noticia en Noruega. Si se le suman el 5,4 % de los híbridos convencionales, no enchufables, la cuota de mercado total es del 12,9%. El resto queda para los híbridos enchufables y los eléctricos puros.
Volkswagen ID.3 y Nissan Leaf, dos de los más vendidos en Noruega. Foto: Autocar.
Noruega: laboratorio de la movilidad eléctrica
Para el resto del mundo, Noruega podría asimilarse a un laboratorio que muestra cómo será el fin de los automóviles de combustión interna. Las condiciones intrínsecas de este país escandinavo ayudan a alcanzar estas cifras tan espectaculares. La alta renta per capita ayuda, pero no es la clave del éxito de los vehículos eléctricos. Como en el resto de los países del mundo, los noruegos no compran coches caros porque son ricos, los compran porque son más baratos. La clave está en los incentivos al uso de coches eléctricos y los impuestos que sí pagan los de combustión, que los hacen más caros. En este escenario, una infraestructura de recarga que poco a poco se va abriendo camino, a pesar de sus limitaciones, y una parte de concienciación medioambiental, hacen el resto.
A finales de 2020, las ventas acumuladas de vehículos cien por cien eléctricos suman unas 300.000 unidades alas que hay que sumar unos 50.000 importados. Los híbridos enchufables son ya 135.000. En total su parque de coches electrificados (sin contar los híbridos no enchufables) es de casi 500.000 vehículos.
¿Qué pasa con el resto de los países? Como ocurre en otras disciplinas, solo hay que 'escalar' el experimento de laboratorio a la 'vida real'. Todo lo que hay que hacer es insertar una escala de tiempo adecuada para cada mercado. Será diferente porque cada uno tiene sus peculiaridades, pero la mayor parte de ellos podrían llegar a donde esta Noruega en menos de 20 años. Algunos, los más avanzados, incluso en menos de 10 años.
Noruega: evolución de la cuota de mercado por tecnologías. Datos: Norwegian EV Association y Reuters.
¿Y dónde está España?
Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), en 2020 las matriculaciones de coches electrificados se han incrementado un 64%. La cuota de mercado de los eléctricos puros alcanza el 1,95% y la de los híbridos enchufables el 2,26% Sumando el incremento de las matriculaciones de híbridos, cuya cuota es del 13,64%, los vehículos electrificados suponen el 17,85% del total, mientras que los vehículos térmicos suman un 80,48% (el resto, un 1,67% corresponde al gas)
Comparando estos datos con los que ofrece Norwegian EV Association, España se sitúa hoy al nivel que Noruega tenía entre 2013 y 2014, aunque las cuotas de mercado de cada una de las tecnologías eléctricas son bastante diferentes. Hace ocho años, en esa cuota de vehículos electrificados apenas tenían protagonismo los híbridos enchufables (el mercado no los ofertaba) y por lo tanto se repartía entre eléctricos puros e híbridos, con una clara tendencia creciente de los primeros. En España, hoy, los híbridos no enchufables son claramente los dominantes, dejando una pequeña parte a los modelos con baterías.
Hoy, la España de 2020 sería la Noruega de 2013, y estaría a siete años de atisbar la desaparición de los coches de combustión. Lamentablemente, la tendencia del mercado no hace suponer que antes de 2030 nuestro país se pudiera parecer a la Noruega de 2020.
Ante estos datos, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive) lleva solicitando desde hace años a los diferentes gobiernos una estrategia que ponga el foco en tres aspectos básicos: una oferta amplia de modelos a precios razonables y con un valor residual coherente, el desarrollo decidido de una red de recarga pública capaz de atender a las necesidades de carga normal, rápida y ultrarrápida y planes de incentivo para la compra de vehículos y la instalación de puntos de recarga.