La irrupción del coche eléctrico en la vida cotidiana no cambiará solo la manera de entender la movilidad para los conductores. En unos años, quizás décadas, nadie concebirá moverse como lo hemos hecho hasta ahora con los vehículos de combustión. Con los coches eléctricos llega la conducción autónoma, la conectividad y una forma diferente de entender la propiedad de los vehículos. Si bien para que ocurra esto todavía queda tiempo por delante, la industria de la automoción se ha puesto patas arriba para poder asumir lo que está ocurriendo.
La movilidad y los vehículos eléctricos se están convirtiendo en un tema político. Los gobiernos de toda Europa están peleando por conservar los puestos de trabajo que aporta la fabricación de los automóviles, tanto de forma directa como indirecta. El último caso que se ha conocido en esta guerra sin cuartel es el del Peugeot e-208, que ha abierto la batalla entre España y Francia.
Stellantis, propietaria de la marca del león, va a expandir la producción del pequeño compacto eléctrico. El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, siguiendo su política de impulso de la producción nacional de vehículos eléctricos, está presionando para que se fabrique de forma local y, para eso, ha tratado de convencer directamente al director general del Grupo, Carlos Tavares. Sin embargo, a pesar de su nacionalidad y de las presiones, el dirigente parece decantarse por la fábrica de Zaragoza
Actualmente, Stellantis ensambla el e-208 en Trnava, Eslovaquia, pero es en Zaragoza donde ya fabrica algunos de sus coches eléctricos más pequeños, como es el caso del Corsa-e. Por otro lado, las versiones no eléctricas del 208 se fabrican en Kenitra, Marruecos, donde Stellantis ha invertido recientemente cientos de millones de euros para ampliar la producción.
Asegurar la producción de un vehículo como el 208, dirigido al mercado masivo, sería un golpe clave dadas las cifras de ventas que está cosechando en Europa. Contando todas sus variantes, es el más vendido, después de haber terminado el reinado de 14 años del Volkswagen Golf en 2022.
España se encuentra entre los países más competitivos para la inversión en la fabricación de vehículos eléctricos debido a unas condiciones fiscales favorables y a los, relativamente bajos, costes laborales y energéticos.
Stellantis se ha comprometido a producir 12 vehículos eléctricos en Francia, pero en su mayoría son modelos más grandes, de gama alta, como es el caso del Peugeot e-308 y el Peugeot e-408. Después de que uno de sus grandes competidores, Renault, anunciara que ensamblará su nuevo R5 eléctrico en el país galo, dirigido también al mercado global y con una previsión de ventas muy elevadas, el gobierno espera que Stellantis haga lo mismo con el objetivo de explotar la estrategia comercial que pueda suponer esta etiqueta frente a la competencia que viene de China.