Rolls-Royce presentó su primer coche eléctrico hace algo más de un año, al cual bautizaron como Spectre. Este vino a dar sustitución al anterior modelo de carrocería coupé y mecánica de combustión, el Wraith. Sin embargo, no sólo en esto cambiaba el nuevo vehículo, sino también en su estética y, por supuesto, sus prestaciones. Pese a esta ganancia, han sido muchos los que se han preguntado si la marca empleará alguna solución intermedia próximamente, a lo que su CEO ha respondido con claridad.
Ha sido en una entrevista al nuevo máximo responsable de Rolls-Royce, Chris Brownridge, por parte del medio Automotive News, donde ha dado todos los detalles futuros de la compañía bajo términos puramente mecánicos. El CEO lo tiene claro: no tendrán una mecánica híbrida en su catálogo por diversas razones. La marca pasará de los motores de combustión a los eléctricos de forma directa.
Nada de mecánicas híbridas: pasarán de la gasolina a las baterías
Concretamente, en las palabras del CEO ha quedado claro que el interés en la marca por la tecnología híbrida es prácticamente inexistente, ya que aseguran que “no es para nosotros”. Y esto es ‘por culpa’ de la clásica sensación de flotabilidad que proporcionan los modelos de Rolls-Royce a sus ocupantes, algo que, según dicen, desaparecería por completo si ofreciesen esta variante mecánica.
“No renunciaremos a la capacidad de flotación ni a la potencia sin esfuerzo. Un vehículo híbrido no es una opción para nosotros porque no ofrecería esa sensación de movimiento sin esfuerzo”, afirmó Brownridge. Pero, ¿qué sucederá con Rolls-Royce en los próximos años?
La firma ya ha dejado clara su hoja de ruta a medio plazo. En primer lugar, como ya hemos mencionado, renuncian por completo a la posibilidad de integrar mecánicas híbridas (enchufables o no) en cualquiera de sus coches. Esto es algo realmente extraño pues el Grupo BMW (en su marca matriz) cuenta con variantes del todo competitivas, como las que se incluyen en el BMW XM, por ejemplo.
De igual modo, también han especificado que la compañía será 100% eléctrica desde principios de la próxima década; es decir, alrededor del año 2032 aproximadamente, quedando el Cullinan como único reducto libre para aquellos que busquen un vehículo de este tipo con motor térmico. El resto de alternativas ya habrán adoptado la electrificación completa, incluyendo un nuevo SUV o el clásico Phantom.
“Seremos capaces de conducir únicamente vehículos eléctricos a principio de los 2030, pero nuestros clientes nos guiarán. Las diferentes refiones del mundo se desarrollarán a diferentes ritmos en términos de sus sistemas de propulsión. Por eso es importante que podamos adaptarnos a ello”, afirmó Brownridge.
Por el momento se sabe que el primer eléctrico de la marca, el Rolls-Royce Spectre, está contando con una muy buena acogida en todos los mercados donde este se comercializa. “Este tren motriz incluso mejora las características de un buen Rolls-Royce. Tengo mucha confianza en el futuro porque todo lo que nuestros clientes quieran podremos ofrecérselo”, puntualizó el CEO.