Si has escuchado hablar de los automóviles con tecnología EREV, debes saber que estas siglas corresponden a Extended Range Electric Vehicle, que se traduce en nuestro país como vehículo eléctrico de autonomía extendida o de rango extendido. No son 100% eléctricos en realidad, pues cuentan con un motor de combustión, pero tampoco funcionan como los HEV o PHEV.
Hay quien los define como híbridos y, en realidad, no están equivocados, pues en esencia mezclan conceptos de la hibridación en su funcionamiento. Lo que sí tenemos que tener claro es que en este tipo de coches el motor principal es eléctrico y, de hecho, es el único conectado al eje motriz. Es decir, que el sistema de propulsión es 100% eléctrico. No hay emisiones nocivas por el hecho de circular.
Ahora bien, la batería eléctrica que alimenta a la mecánica cero emisiones es de menor tamaño que en un coche puramente eléctrico. Cuenta, por este motivo, con un bloque de combustión que actúa como generador, ya que su principal finalidad es recargar la citada batería, de modo que la autonomía se alargue todo lo posible. Y en ese proceso de carga sí que hay emisiones contaminantes. También puede actuar como apoyo al motor eléctrico, pero en ningún caso moverá por sí solo el vehículo. Por tanto, no es un Full Hybrid (HEV) ni tampoco un híbrido enchufable (PHEV).
Para que te hagas una idea, en un coche HEV la capacidad de la batería es de aproximadamente 1 kWh, en un PHEV ronda los 15 kWh y en un eléctrico puro (BEV) está en torno a los 50 kWh o más, según el modelo en cuestión. Los EREV, por su parte, se quedan algo por encima de los PHEV, con el modelo de referencia actual, el Mazda MX-30 R-EV, con una batería de 17,8 kWh.
Entonces, ¿estos coches se enchufan o no?
Si, efectivamente se recargan del mismo modo que harías con un eléctrico o incluso con un híbrido enchufable. Aunque la tecnología PHEV y la EREV no obliga a utilizar una toma de carga eléctrica, pues el motor de combustión disponible puede cumplir la función de recarga de la batería. Desde luego, lo más lógico es servirse de las ventajas que tiene adquirir un coche con una tecnología como esta, pero es decisión del conductor hacerlo o no.
Lo interesante de un coche eléctrico de autonomía extendida es, por ejemplo, que entran dentro de las condiciones para obtener la pegatina Cero emisiones de la DGT. También rompen con las necesidades de un coche 100% eléctrico, pues la autonomía no se resentirá mientras el depósito tenga gasolina. Para viajes largos, por ejemplo, es un eléctrico que evita tener que hacer paradas más allá de lo que se tarde en repostar.
La autonomía que tienen estos coches dependerá de sus características, pero, ahora mismo, en nuestro mercado sólo tenemos con esta tecnología el Mazda MX-30 R-EV, de 170 CV. En este caso, diremos que una batería eléctrica cargada al completo permite recorrer 85 kilómetros. Con el depósito de 50 litros de combustible y el generador de tipo rotativo, la autonomía total asciende hasta los 680 kilómetros.
Seguramente te suenen coches como el BMW i3 Rex, el Nissan Qashqai E-Power o los Chevrolet Volt y Opel Ampera. Estos dos últimos llegaron hace muchos más años que los modelos de BMW y Nissan y, en realidad, fueron los que dieron a conocer la tecnología en Europa, pero lo cierto es que todos han abandonado el mercado y el modelo de Mazda es el único que se ofrece como EREV. Y no es para nada un coche antiguo, todo lo contrario.
Te puede parece también que tiene relación con el Audi que pilota Carlos Sainz en el Rally Dakar y estás en lo cierto. Habrá que esperar a conocer las próximas novedades que los fabricantes traigan a Europa, pero, quizá, lo más inminente sea el Leapmotor C10, que promete aterrizar a finales de verano en nuestro país con una variante eléctrica de autonomía extendida, además de la puramente eléctrica. Como el EREV chino, anuncia una capacidad de 28,4 kWh para su batería LFP, podemos esperar un autonomía eléctrica por carga completa de casi el doble que la del Mazda.
