Si algo enorgullece a los italianos, además de su gastronomía, es su pedigrí automovilístico. Unir un mundo pasional como el motor y el carácter italiano dan como resultado una combinación explosiva. Aunque los tiempos están cambiando, incluso los fabricantes italianos más noveles miran al pasado y el Battista Cinquantacinque es un buen ejemplo. Un homenaje a un precioso coche de los 50.
La actual Automobili Pininfarina GmbH tiene sus raíces en la firma italiana Pininfarina SpA, que fundó Battista 'Pinin' Farina en el año 1930. Si te gustan los coches, este nombre no necesita presentaciones. Si no lo conocías, has de saber que fue uno de los diseñadores y carroceros más importantes en la historia del automóvil. Hizo carrocerías para Lancia, Alfa Romeo, Hispano-Suiza y Rolls-Royce, entre otros. Y participó en el diseño de prácticamente todos los Ferrari de calle desde 1951 hasta 2012. Casi nada.
Battista Pininfarina (acabó cambiándose el nombre para unir mote y apellido) diseño el Lancia Florida a principios de los años cincuenta, un coche que llegó a amar. El Florida se basaba a nivel técnico en el Lancia Aurelia, un coche muy avanzado en la época, pero suponía un enorme salto adelante en lo estético. Se presentó en el Salón de Turín de 1955 y era espectacular en todos los aspectos: su parabrisas envolvente, la gran parrilla horizontal o las puertas tipo suicida sin pilar central eran señas de una fuerte personalidad.
Primero se construyó un coupé y luego tres berlinas. El propio Pinin usó el coupé como su coche de diario a lo largo de su carrera, un coche que le encantaba y al cual ahora rinde tributo el Pininfarina Battista Cinquantacinque. El hiperdeportivo eléctrico italo-alemán lleva en su apellido la palabra italiana 'cincuenta y cinco', en referencia al año en que se presentó el Florida. También luce su misma combinación de colores: azul y techo en blanco (Blu Savoia Gloss y Bianco Sestriere Gloss, respectivamente).
El interior está tapizado con una exquisita piel Mahagoni (cuero Poltrona Frau Heritage) en color marrón, una tapicería que, como no podía ser de otra manera en un coche de varios millones de euros, está elaborada artesanalmente. Hay varios detalles más, como la placa conmemorativa en la puerta o la firma "Cinquantacinque 55" en la parte inferior del alerón.
Es un bonito homenaje a uno de los coches favoritos del fundador de la compañía, con un coche que, en la parte técnica, es tan espectacular como siempre. El Battista tiene cuatro motores eléctricos independientes que entregan 1.900 CV de potencia y unos escandalosos 2.340 Nm de par motor. Cifras que, junto con unos neumáticos del más alto nivel, le permiten hacer el 0-100 km/h en 1,86 segundos y el 0-200 km/h en sólo 4,75 segundos. En caso de conducir más relajado, la batería de 120 kWh ofrece hasta 476 kilómetros de autonomía.
El Battista Cinquantacinque hará su debut público en Tokio (Japón) en un evento con clientes de la región, donde este tipo de hiperdeportivos tiene mucho filón. Cada Battista se hace a mano y con las preferencias específicas de cada cliente, de ahí que su precio arranque en 2 millones de euros antes de impuestos.
