En el mercado de los coches eléctricos actual priman las ventas de los modelos más grandes, más equipados y, por lo tanto, más caros. Según una investigación realizada por Transport & Environment (T&E), los fabricantes de automóviles retrasan la implantación de vehículos eléctricos al priorizar la venta de sus automóviles eléctricos más grandes y costosos.
Entre 2018 y 2023, sólo se pusieron a la venta 40 modelos completamente eléctricos en los segmentos compactos (A y B), en contraste con los 66 modelos grandes y de lujo (D y E). Los fabricantes se encuentran frente a un dilema que los envuelve en un círculo vicioso: fabricar coches eléctricos de alta gama con buen margen de beneficio o arriesgarse a perder dinero en el mercado de masas vendiendo modelos más económicos con los que es mucho más complicado obtener rentabilidad.
La escasa oferta de vehículos eléctricos asequibles obstaculiza su adopción
Según el análisis de T&E de las cifras de ventas de 2023, recopiladas por Dataforce, en Europa el 28% de las ventas de coches eléctricos se corresponden con el segmento D de coches grandes, en comparación con sólo el 13% de los nuevos coches de combustión.
Desde 2015, el precio medio de un coche eléctrico en Europa ha aumentado un 39% (aproximadamente 18.000 €) desde 2015, mientras que en China ha experimentado una caída del 53%.
Esta disparidad se atribuye al planteamiento desproporcionado de los fabricantes europeos hacia el desarrollo de los coches grandes y los SUV, que tienden a tener un sobreprecio debido a su estatus prémium.
Carlos Rico, responsable de electrificación de coches en la oficina española de T&E, afirma que los fabricantes europeos de automóviles “están frenando la adopción masiva de los vehículos eléctricos al no poner a disposición de los consumidores modelos asequibles con mayor rapidez y volumen. El enfoque desproporcionado de los fabricantes en los grandes SUV y los modelos prémium significa que tenemos muy pocos coches para el mercado de masas y precios demasiado altos”.
La clave está en los coches de empresa
Según el análisis de T&E de los datos de producción de GlobalData, este año, de los modelos previstos por los fabricantes con un precio inferior a los 25.000 €, sólo se fabricarán 42.000 unidades. A pesar de la escasez de modelos asequibles, la cuota de mercado de los coches eléctricos en la Unión Europea ha seguido creciendo un 2,5% interanual, alcanzando el 14,6% en 2023.
Este porcentaje podría elevarse significativamente, hasta el 22%, si el canal de vehículos de empresa, que constituye la mayoría de las ventas de coches nuevos, se estuviera electrificando. Actualmente, su tasa de adopción es del 14%, algo rezagada en comparación con el mercado privado, que alcanza el 15%.
Aquí, la fiscalidad juega un papel crucial. En España, se está considerando reemplazar las ayudas del Plan Moves por un conjunto de medidas fiscales dirigidas a reducir el precio directamente en el momento de la compra. La Comisión Europea ya ha iniciado una consulta pública sobre la descarbonización de los vehículos empresariales.
T&E insta a la Unión Europea a establecer un objetivo temporal para estas ventas: todas las nuevas adquisiciones de vehículos de flota deben ser 100% eléctricas en 2030.
“Los coches de empresa son el candidato perfecto para la electrificación acelerada. Disponen de medidas fiscales únicamente aplicables a este canal de venta y las empresas tienen músculo financiero para invertir en VE a sabiendas de que a pesar de un coste de adquisición más alto, este está compensado por un coste total de utilización menor que en los vehículos de combustión. Por eso, la UE debe presentar una ley que trace una ruta y unos objetivos vinculantes para la electrificación de las grandes flotas de coches de empresa”, explica Rico.