El Volvo XC60 es, entre los coches con mecánica híbrida enchufable, el modelo que más se vende en España. El SUV sueco consigue llevarse la corona de ventas en nuestro país en su categoría mecánica a pesar de sus casi 70.000 euros de precio de partida, un coste que lo aleja de muchos compradores que, incluso, están dispuestos a gastar varias decenas de miles de euros más que en los típicos Kia Sportage y Hyundai Tucson.
Aunque pasa desapercibido en el ámbito comercial, lo cierto es que hay un modelo que ha conseguido elevar la percepción premiumde su fabricante a golpe de calidad interior y de diseño soberbio. Se trata del Mazda CX-60, un D-SUV que en su variante mecánica Skyactive-e propone un esquema híbrido enchufale cuyo precio rebaja en más de 12.000 euros al modelo de Volvo.
El japonés parte en España en estos momentos de 54.794 euros en su versión Prime Line, mientras que el sueco hace lo propio en 67.300 euros, por lo que entre ambos hay una diferencia de 12.506 euros antes de añadir equipamiento extra a su versiones Prime Line y Core, respectivamente.
A pesar de esta diferencia, lo cierto es que no hay diferencias significativas entre lo que propone un coche y otro, ni en el apartado de equipamiento ni en el mecánico.
Dando prioridad al apartado de la calidad interior, lo cierto es que la evolución de Mazda durante estos últimos años ha hecho que la ventaja de las firmas premium en estos últimos años con respecto a la japonesa se disipe. Mazda elabora interiores que no sólo están a la altura de Mercedes, Audi o BMW, sino que en muchas ocasiones, dependiendo de qué modelos se comparen, está por encima. En este caso, la calidad percibida del CX-60 está a la misma altura que el XC60.
Mecánicamente el sueco anuncia más potencia, pero en SUV híbridos enfocados a lograr consumos lo más bajos posibles en el día a día, la verdad es que se antoja una ventaja no del todo relevante. Sí lo es, sin embarbo, que el Volvo disfrute de tracción total, ya que su motor eléctrico se coloca en el eje trasero.
Este hecho implica que en el apartado de la practicidad, el Volvo se vea mercado, pues el espacio necesario para colocar el motor resta volumen de carga al maletero, cuyo rasante tiene que ser elevado para dar cabida al propulsor, mientras que al japonés no le hace falta. El Volvo XC60 ofrece 468 litros de volumen en su maletero, mientras que el CX-60 se va hasta los 570 litros, una muy buena cifra.
En total, retomando el apartado mecánico, son 327 CV los que entrega el Mazda CX-60 y 350 CV el Volvo XC60, cuya denominación también parece pensada a medida para enfrentarse uno con otro. Esto lleva al japonés a lograr un 0 a 100 en 5,8 segundos y al sueco en 5,7, arrojando una diferencia inexistente en este apartado.
Sí que existe, sin embargo, en términos de eficiencia. Gracias a una batería de mayor tamaño, de 18,8 kWh de capacidad, el Volvo XC60 logra homologar 82 kilómetros de autonomía eléctrica por los 62 del Mazda, que hace uso de una batería de 17,8 kWh.
Está claro, por tanto, que el mayor precio del sueco no queda justificado en todos los apartados, ya que el japonés mira de tú a tú a su rival en prácticamente todos los ámbitos. Incluso optando por la versión más exclusiva del Mazda CX-60, denominada Takumi y caracterizada por ofrecer un habitáculo acabado con mayor mimo que el de las versiones básica, el modelo sigue siendo, aproximadamente, 5.400 euros más asequible que su rival.