La Unión Europea asegura estar buscando las normativas más justas y que protejan a los fabricantes frente a maniobras de competencia desleal, y para el sector del automóvil tiene abierto el debate sobre las reglas que se aplican a las fusiones verticales.
Este tipo de asociaciones se dan cuando varias empresas de un mismo sector, pero de etapas distintas de la cadena de suministro, deciden unirse de alguna manera (fusión o adquisición) para reducir costes, crecer y lograr ser más competentes en duros mercados como el del automóvil. Por ejemplo, un productor de vehículos y el proveedor de piezas o el distribuidor.
Bruselas está pidiendo la opinión de las partes implicadas
Lo que se ha hecho desde Bruselas es una consulta pública para saber lo que las partes implicadas de la industria piensan de las normas de competencia en este sentido, y que de momento tienen como fecha de finalización mayo de 2028.
Los interesados del sector pueden contribuir y dar su opinión hasta mayo de 2025 respecto a la viabilidad del reglamento de acuerdos verticales con la normativa de la Unión Europea. Con este aporte y tras la reunión con las autoridades nacionales de competencia, la Comisión Europea valorará las posibles actualizaciones de cara a 2026.
En este proceso de debate, Bruselas también quiere evaluar el escenario actual en la industria del automóvil, además del impacto que han tenido los cambios que empezó a aplicar en el año 2023, y lo que darán de sí en el mercado hasta la expiración en 2028.
De forma paralela, se trabaja en un estudio del Centro Común de Investigación para recopilar datos acerca de la transformación digital del sector, en un intento de valorar si se están llevando a cabo los cambios esperados en la industria, y qué soluciones se pueden dar para facilitar aquellos que más están costando.
La finalidad es contar con un mercado de automoción justo para todos
En el caso de España, Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha recordado la necesidad de que se aproveche la experiencia de todas las partes implicadas, ya sean fabricantes de coches o talleres en los que se reparan los mismos.
De ese modo, explica Rivera, se podrán lograr “normas que sigan fomentando la innovación y protejan la competencia leal en la venta, reparación y mantenimiento de los vehículos”.