Entre los fabricantes tradicionales, una de las grandes decisiones que han tenido que tomar es cómo adaptar sus plataformas a la nueva movilidad eléctrica. Si bien con la primera generación de coches eléctricos lo habitual era adaptar las plataformas de combustión para incluir en ellas los nuevos componentes, la mayoría han optado por plataformas específicas y modulares, que les permitiesen ahorrar costes. Pero su desarrollo precisa de tiempo. Ford optó desde el principio por la estrategia de electrificar sus modelos más icónicos modificando las plataformas de combustión interna, lo que le ha llevado a que actualmente vendan todo lo que producen y a que su intención es aprovechar este impulso.
SI bien el primer coche eléctrico de Ford, la variante eléctrica del Focus, pasó sin pena ni gloria, sí fue el precursor de la estrategia del fabricante americano. Porque utilizó la plataforma de un modelo de combustión para implementar en ella los componentes eléctricos, y porque incluía aspectos como por ejemplo el software de cálculo de la autonomía que mostraban una dedicación y el empleo de muchos recursos.
El Ford Mustang Mach-E, la F-150 Lightning y la E-Transit han continuado esta estrategia. Modelos icónicos para los que se han modificado sus plataformas de combustión interna, en lugar de esperar a desarrollar una dedicada, para convertirse en una realidad. Estos tres vehículos han aumentado rápidamente la percepción de que Ford es uno de los líderes en el mercado de la movilidad eléctrica, reflejo de una estrategia que ha valido la pena y parece que le han otorgado a la compañía el derecho de fanfarronear sobre su competencia.
"Realmente tenemos la misión en Ford de liderar una revolución eléctrica y digital para muchos, no para pocos", ha afirmado el CEO Jim Farley este mes en un anuncio sobre energías renovables. "Y tengo que decir que la luz que brilla para nosotros en Ford es este hermoso Lightning fabricado aquí mismo en el estado de Michigan, y que ya es el líder de todas las pick-up eléctricas en los Estados Unidos. Toma eso, Elon Musk".
Ahora, la próxima tarea de Ford es continuar aprovechando este impulso inicial. La firma del óvalo está todavía por detrás de Tesla e Hyundai Motor Group en ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos. Y el próximo año, uno de sus rivales más importantes allí, General Motors, ampliará su oferta de coches eléctricos, un impulso ante el que el fabricante de automóviles no se queda quieto.
El objetivo de ventas globales de Ford son 600.000 unidades para finales del próximo año y dos millones para finales de 2026. Y pare ello, Ford planea depender en gran medida del impulso que le dan las ventas de sus primeros tres vehículos eléctricos.
"Los estamos vendiendo tan rápido como podemos fabricarlos, y no se puede decir eso de muchos de los vehículos eléctricos que salen al mercado ahora", añadió Farley durante el anuncio de los resultados económicos de le empresa en el segundo trimestre de este año. "Creemos que estos excelentes productos nuevos nos permitirán alcanzar una gran cuota del mercado de los vehículos eléctricos combinado con nuestra participación en el mercado de combustión e híbridos".
Más adelante, Ford tiene planeado comenzar a introducir productos desarrollados sobre una nueva plataforma, esta vez sí específica para vehículos eléctricos que llegarán a mediados de esta década. Incluirán versiones eléctricas de los crossovers Explorer y Aviator, así como la próxima generación de la E-Transit, y el Mach-E y otra pick-up que se producirá en el complejo Blue Oval City en Tennessee que actualmente está en construcción. En cuanto a los planes europeos, Ford se ha asociado con el Grupo Volkswagen para lanzar un SUV eléctrico del tamaño del Puma basado en la plataforma MEB del consorcio alemán.