La industria del automóvil se esfuerza en mejorar los tiempos de recarga de las baterías. Si bien la tecnología del coche eléctrico es real y funcional, el delicado proceso de la recuperación de energía sigue lastrando la penetración de la movilidad sostenible. Casi toda la inversión se centra en el desarrollo de nuevas baterías y químicas que extienden al máximo la energía, pero ¿qué pasa si ya hay una tecnología viable para poder borrar del mapa ese problema? NIO tiene una fórmula alternativa que ha demostrado ser un éxito en Europa. Su red de intercambio de baterías ha alcanzado un hito muy importante.
Hay que retroceder un poco en el pasado para dar contexto a esta historia. Corría el 20 de enero del año pasado cuando abría la primera estación de intercambio de baterías de NIO en Europa ubicada en Noruega, donde el fabricante chino daba el pistoletazo de salida a una apuesta muy personal. Con un sistema muy sencillo, los conductores de los coches eléctricos de NIO pueden recuperar el 100% de la autonomía en apenas 4 o 5 minutos. Sin trampa ni cartón.
Basta con introducir el coche en la estación, aparcarlo en un lugar concreto y dejar que la tecnología haga su magia. De forma 100% automátic,a el intercambiador sustituye la agotada batería del coche por una completamente cargada. En menos de lo que te tomas un café. Resulta especialmente impresionante la cifra de 10.000 intercambios de baterías en apenas un año de vida del programa si tenemos en cuenta que NIO todavía no tiene un gran protagonismo en las ventas de coches eléctricos en Europa.
Ni hay muchos coches de la marca ni hay muchos puntos de intercambio de baterías repartidos por la geografía del Viejo Continente. Alemania, Países Bajos, Dinamarca, Noruega y Suecia son los únicos países que cuentan con estaciones de intercambio de baterías de NIO. Un total de 11 puntos que pronto tendrán la compañía de seis estaciones adicionales que ya están programadas para instalarse. El complejo de construcción es muy sencillo ya que la estructura general se fabrica en la planta de NIO en Hungría. Desde ahí se traslada a la ubicación definitiva, se hace la acometida de la luz y listo.
A principios de año, la marca china prometió que para finales de este mismo año estarán disponibles 120 estaciones de intercambio en Europa. En China la estructura alcanza una dimensión completamente diferente. NIO espera crecer este año con 400 instalaciones completamente nuevas para alcanzar una cifra de 1.700 puntos, muchas de ellas correspondientes a la segunda generación de estaciones de intercambio de baterías. Con una capacidad de almacenamiento de 14 baterías prometen reducir el tiempo de cambio y así poder ampliar el volumen diario a 312 baterías.