El fabricante chino BYD está renovando su gama de coches eléctricos a partir de la implementación de su nueva arquitectura eléctrica, la e-Platform 3.0 y de las nuevas baterías Blade. El BYD Seal, encargado de estrenarla, vendió 22.637 unidades en poco menos de seis horas tras abrir las reservas en China el pasado 20 de mayo a las 16:00 horas. En este corto espacio de tiempo ha vendido la producción de cuatro meses. Una demostración de que el fabricante está haciendo bien las cosas y uno de los motivos por los que se ha convertido en el tercer fabricante del mundo más valioso por capitalización en bolsa.
El precio de la acción de BYD ha alcanzado los 42,92 dólares lo que eleva su valor total a los 114.030 millones de dólares, adelantando a Volkswagen que con 106.160 millones de dólares que está ahora en la cuarta posición. Por delante se mantiene en segundo lugar Toyota con una capitalización de 221.320 millones de dólares. Por encima de todos sigue Tesla, con la capitalización mayor del mercado, aunque ahora con un valor de 650.000 millones de dólares, lejos de los 1.000.000 millones que alcanzó hace meses.
Las razones por las que BYD es tan bien valorada por el mercado está en su estructura organizativa, que sigue un esquema muy vertical. El fabricante de automóviles chino fabrica sus propios semiconductores, baterías y otros componentes e incluso ha sido capaz de producir mascarillas durante la peor parte de la pandemia del coronavirus.
Esta cualidad es hoy en día especialmente importante en la industria del automóvil. BYD no tiene que esperar a que sus proveedores resuelvan problemas logísticos en otras partes del mundo o la escasez de materiales que afectan de forma radical a las cadenas de suministro. Para responder a la demanda o a los problemas internos que puedan surgir solo tiene que aumentar la producción, sin dependencias externas ni ataduras.
Con la e-platform 3.0, las baterías Blade y una línea muy atractiva y tecnológica de vehículos eléctricos, la única restricción actual que tiene la empresa china es poder alcanzar nuevos mercados.
Esta forma de trabajar explica por qué BYD no ha sufrido especialmente la reciente paralización de la producción en su planta de Changsha, después de que el gobierno iniciara una investigación tras conocer las noticias de que los residentes cercanos comenzaron a quejarse de hemorragias nasales, náuseas, tos crónica y mareos. Sus otras fábricas pudieron suministrar los vehículos que actualmente salen de las líneas de Changsha: e2, e3, Destroyer 05, Qin Plus DM-i, Song MAX DM-i, Yuan Pro y los autobuses eléctricos de la serie K, gracias precisamente a la independencia de suministradores externos.