La Comisión Europea ha encendido las alarmas en la industria automotriz con su intención de imponer aranceles a los vehículos eléctricos importados de China. Esta decisión, que busca proteger la producción local, podría tener consecuencias significativas para los fabricantes europeos, especialmente los alemanes, que cuentan con una fuerte presencia en el mercado asiático.
"Los fabricantes de automóviles alemanes, como Mercedes-Benz y BMW, enfrentan serias amenazas a sus operaciones en China", advierten expertos del sector. Mercedes-Benz, por ejemplo, depende de China para un tercio de sus ventas globales, con una considerable proporción de vehículos importados desde Alemania.
Mercedes-Benz
Mercedes-Benz, parte del grupo Daimler, exporta modelos de alta gama como el Clase S y el Maybach a China. Aunque los modelos de gama media se producen localmente, los vehículos importados representan un segmento crucial para la compañía. Con un tercio de sus ventas globales en China, cualquier restricción comercial podría afectar significativamente sus resultados financieros.
BMW
BMW, otro gigante alemán, también está expuesto al mercado chino, generando casi un tercio de sus ventas en el país. Sin embargo, solo el 13% de estas ventas proviene de vehículos importados, lo que puede mitigar parcialmente el impacto de los aranceles. A través de una joint venture con Brilliance Automotive, BMW produce localmente una amplia gama de vehículos, incluyendo el eléctrico iX3, que sí podría verse afectado por las nuevas tarifas.
Dentro del plan estratégico del grupo está ampliar la cuota de mercado en China hasta el 15% para 2030 y reducir los costes en 40% para poder competir en una mejor posición con las marcas chinas.
De hecho, BMW y Volkswagen han invertido más de 4.675 millones de euros en una empresa conjunta con SAIC Motor para la producción de vehículos eléctricos en Shanghai.
Porsche
El caso de Porsche es aún más delicado. La marca de lujo depende de China para el 25% de sus ventas, y todos sus vehículos vendidos en el país son importados desde Europa. Esto coloca a Porsche en una posición especialmente vulnerable ante los nuevos aranceles.
Otros fabricantes
Al tiempo, la sueca Volvo cuenta con un 4% de las ventas chinas procedentes de importaciones y un 10% de sus beneficios registrados en el gigante asiático.
Con respecto de Stellantis, el grupo cuenta con una exposición regional más reducida aunque ya se está planteando traer a Europa la fabricación de algunos de los modelos de Leapmotor que quieren empezar a comercializar en 2026.
"Los coches Leapmotor se pueden montar en cualquier planta de Stellantis en todo el mundo, siempre y cuando tenga sentido económico y la producción de ciertos modelos se trasladará a Europa", han confirmado fuentes del fabricante.
Otra de las marcas del grupo europeo, la italiana de lujo Ferrari vende un 9% de sus vehículos en China, todos importados.
En el caso de Renault, con la exposición más baja de cualquier empresa europea a China, opera en el país asiático a través de dos 'joint venture' como Jiangling Motors y Brilliance Auto así como Nissan que ostenta una cuota de mercado de hasta el 3%, según los últimos registros.
Además, a principios de mayo, Renault firmó una alianza con Geely para la creación de Horse, una empresa conjunta para la fabricación de motores híbridos y de combustión con los que dar servicio a la demanda de fabricantes, principalmente, procedentes de mercados emergentes.
Impacto en el valor de las acciones
La incertidumbre en torno a los aranceles ya ha tenido repercusiones en el mercado bursátil. En la última semana, las acciones de BMW han caído casi un 4%, mientras que Mercedes-Benz ha visto una disminución del 2%. Porsche ha sido la más afectada, con una caída superior al 6%. No han sido ajenos a las pérdidas el grupo Volkswagen (-6,43%), Stellantis (-5,01%) y Renault (-4,99%).
"La industria automotriz europea enfrenta un panorama incierto con la potencial guerra comercial entre Europa y China, lo que podría redefinir sus estrategias y operaciones globales", concluyen analistas.
El desafío ahora para estas compañías será adaptarse rápidamente a un entorno cambiante y encontrar nuevas formas de mantener su competitividad en el mercado global.