Corría finales de los años 60 y Ford quería sacar al mercado un turismo coupé con el que responder a la cada vez más alta demanda de clientes. Con el Ford Cortina liderando las ventas de la familia, era necesario aportar un punto de vista más atrevido. Con la intención de replicar el éxito del Mustang en América, en 1968 Ford presentó el Capri. A lo largo de sus casi dos décadas de vida se vendieron casi dos millones de unidades. Tras su desaparición en 1986 nunca volvimos a saber de él, hasta ahora. Los americanos quieren devolverlo al mercado, aunque su enfoque será radicalmente diferente.
Hasta la segunda generación el Capri no despegó en Europa. La tercera confirmó ese éxito y, actualmente, es la más popular de todas, llegando a haber una versión RS altamente demandada hoy. Aquella época quedó atrás y ahora Ford sabe que tiene un nombre muy potente para el segundo eléctrico exclusivo para Europa. Al igual que el nuevo Ford Explorer, el Capri será 100% eléctrico y se apoyará en la plataforma MEB del Grupo Volkswagen. Ya podemos hacernos una idea de cómo será.
El informe desvelado por el periódico The Sun asegura el regreso, aunque no es la primera vez que Ford coquetea con esta idea. Hace ya un par de años, los americanos dejaron caer la posibilidad, algo que causó mucho revuelo y no gustó a los seguidores del modelo. Ford quiere aprovechar su herencia para avanzar y esa misma estrategia piensa aplicarla en futuros lanzamientos, como pasará con el Fiesta o como hace unos años ocurrió con el Ford Puma. ¿Para qué buscar nombres nuevos cuando tienes en nómina algunas de las denominaciones más reconocidas del mercado?
Ahora bien, ¿qué plantea Ford con su nuevo Capri? Obviamente los americanos están limitados por la plataforma MEB. La arquitectura eléctrica del Grupo Volkswagen permite adaptarse a numerosos formatos y tamaños. El nuevo Capri no volverá a ser el Porsche de los trabajadores. No se presentará en formato coupé con tres puertas. Se transformará en un crossover 100% eléctrico cuyo tamaño, por ahora, no se puede adelantar. Debería posicionarse en el entorno de los 4,5 metros. Una cota muy similar a la que ofrece el nuevo Explorer.
Amko Leenarts, diseñador jefe de Ford en Europa, ha dejado bien claro que el empleo de nombres clásicos no debe presagiar señales nostálgicas. “Los diseños retro no nos están haciendo avanzar. Se trata de una interpretación totalmente nueva y eso es lo que los hace interesantes”. En cuanto a especificaciones técnicas, todo indica que su rendimiento debería ser muy parecido al del Explorer. Formatos de batería similares con mecánicas casi idénticas. Ford está ultimando los detalles y preparando las primeras maquetas. Si todo sucede como está planeado, deberíamos verlo a principios del año que viene, aunque no será hasta finales de 2024 cuando empiece su etapa comercial.
