El proveedor de energía finlandés Fortum asegura que puede reciclar más del 80% de los materiales de cada una de las batería de ion de litio a escala industrial, en sintonía con muchas otras empresas a nivel mundial que han apostado por la reutilización de las baterías que usan los coches eléctricos.
El sistema de reciclaje empleado por Fortum, creado por la firma finlandesa Crisolteq, se basa en un proceso hidrometalúrgico para que, en primer lugar, las baterías sean seguras para el tratamiento mecánico al separar los plásticos, el aluminio y el cobre, antes de que cada elemento ingrese en su propio proceso de reciclaje. El segundo paso se trata de la recuperación del cobalto, el manganeso, el níquel y el litio, para ser devueltos a los fabricantes de baterías y ser utilizados en nuevas baterías de iones de litio.
Además, Fortum está poniendo a prueba un nuevo sistema de reciclaje en el que aprovecha algunas baterías usadas no aptas para coche eléctricos como dispositivos estacionarios de almacenamiento de energía. Fortum estima que el mercado global para el reciclaje de baterías podría valer aproximadamente 20.000 millones de euros al año para 2025, a medida que crezca la demanda de coches eléctricos.
Fortum no es la única empresa que está apostando al reciclaje de las baterías de iones de litio. Volkswagen anunció en febrero de este año un proyecto piloto en una planta de reciclaje en Salzgitter, Alemania, donde apuntan a un objetivo a largo plazo de reciclar el 97% de todos los materiales de cada batería. Por su parte, la empresa belga Umicore tiene actualmente la capacidad de reciclar baterías de aproximadamente 150.000 a 200.000 vehículos eléctricos.
China, dueña del mayor mercado de coches eléctricos del mundo, quiere obligar a los fabricantes de vehículos electrificados a reciclar las baterías usadas. Por tanto, en el verano de 2018 el gobierno chino seleccionó 17 ciudades y regiones para lanzar un programa piloto para el reciclaje de baterías de vehículos eléctricos usados.