El año 2035 se convertirá en la línea divisoria entre la posibilidad de vender coches con motores alimentados por gasolina o no. Esto es un hecho que se hizo público hace más de un año. Pese a que es una legislación que ya está firmada y asentada en el inconsciente colectivo, son muchos los que piden abiertamente su retraso o incluso su eliminación por diversos motivos.
Como punto principal para esta petición, es que las marcas automotrices no están viendo el ascenso en las ventas de coches eléctricos que se auguraban hace sólo unos años. En la mayoría de parámetros se reflejaba una cuota del 50% en las ventas de estos modelos para el año 2025, mientras que para comienzos de la próxima década este porcentaje se aproximaría más al 100%, con lo que la llegada al 2035 debería haber sido ‘rodada’. Sin embargo, no está siendo así.
La ley del 2035 permanecerá en pie pese a los cambios políticos
Según los datos proporcionados por diversas agencias, la expansión del coche eléctrico en Europa sigue su curso. Está creciendo casi año a año, pero no lo está haciendo en los niveles esperados. Esto está causando la indignación en algunas marcas automovilísticas, pues se ven en la obligación de continuar desarrollando vehículos sin el apoyo de muchas instituciones, las cuales están retirando los incentivos a la compra de modelos ‘cero emisiones’ y restando la implementación de estaciones de recarga.
Pese a la ya mencionada petición que algunas marcas han lanzado para la supresión de la ley de 2035, Apostolos Tzitzikostas, el próximo comisario europeo de Transporte Sostenible, ha hablado públicamente en una audiencia sobre cuáles serán sus futuros objetivos a este respecto y la supresión de esta ley no está en su hoja de ruta. Esta intervención que duró varias horas fue retransmitida en vivo por el medio Politico.
El político griego se negó rotundamente a posponer esta ley y se mantuvo firme en sus convicciones. Tampoco aspira a retrasar la legislación para reducir las emisiones de 2025. “Tenemos reglas y objetivos específicos que queremos y tenemos que ceñirnos al plan. De lo contrario, el mensaje que transmitirá la Unión Europea no es un mensaje de estabilidad y confianza. Sabemos muy bien que la tecnología está avanzando”, afirmó Tzitzikostas.
Ante la difícil situación que están pasando actualmente las marcas automovilísticas europeas, Tzitzikostas ha anunciado que al comienzo de su mandato publicará un “plan a gran escala”. A día de hoy no se sabe qué pilares tendrá dicho plan, aunque ya hay fuentes que auguran restricciones más severas para los vehículos fabricados en China, nuevos subsidios a la compra de eléctricos, así como ayudas a las propias compañías. “Tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que el sector del automóvil sobreviva. Nuestro plan dará respuestas a todos esos escepticismos”, afirmó.
Con todo ello, Tzitzikostas confirmó que en el año 2035, los coches que emitan CO2 no podrán matricularse en la UE. Sin embargo, sí abrió la puerta a la inclusión de los combustibles sintéticos en una revisión de esta ley que está programada para el año 2026. Esto es algo que quedó pendiente en el anterior mandato, por lo que todo apunta a que llegará a ser una realidad, tal y como piden muchas marcas automovilísticas de cara al futuro, especialmente las que cuentan con coches deportivos de alta potencia (Lamborghini, Porsche…).
Tzitzikostas tomará el mando más alto de la Unión Europea en materia de transporte en unos meses. En ese momento será cuando se despejen todas las dudas sobre su futuro mandato y cuáles serán sus políticas y apoyos hacia el sector de la automoción en el Viejo Continente.