Automotive Cells Company (ACC) es una empresa conjunta en la que Stellantis posee el 45%, Mercedes-Benz el 30% y TotalEnergies el resto. Actualmente, se están construyendo tres fábricas de baterías en Europa con una inversión total de 7.000 millones de euros.
Las plantas se ubican en tres países europeos: en el norte de Francia, en Termoli, Italia y en Kaiserslautern, Alemania. Según las declaraciones de su CEO, Yann Vincent, la empresa está ajustando su estrategia en esta última, que anteriormente trabajaba para Opel, donde produciría celdas de fosfato de hierro y litio (LFP) de bajo coste.
Varias razones para replantearse la estrategia
ACC ha señalado que necesita investigar y desarrollar baterías de bajo coste para conseguir reducir el precio de los vehículos eléctricos más asequibles. En base a sus conclusiones, confirmará su cronograma de producción y construcción a finales de 2024 o principios de 2025. Durante este periodo de estudio, ha detenido estos trabajos en las fábricas alemana e italiana.
La planta de Kaiserslautern ha recibido 437 millones de euros en subvenciones del gobierno federal alemán y del estado de Saarland. Sin embargo, ACC ha solicitado más subvenciones antes de comenzar las operaciones en la fábrica. Según Vincent, la planta alemana comenzaría sus operaciones en 2025, con una capacidad de 40 GWh, suficiente para atender la demanda de más de 600.000 coches en 2030 y generaría empleo para 2.000 personas. Sin embargo, ese cronograma ahora ha quedado en suspenso.
La presión china y la desaceleración de las ventas
El mercado de vehículos eléctricos en Europa ha experimentado una desaceleración considerable. Las elevadas tasas de interés y la disminución de los subsidios gubernamentales han hecho que los consumidores opten por vehículos híbridos o de combustión en lugar de por los que son completamente eléctricos.
Los fabricantes de automóviles europeos se enfrentan a varias presiones, como el incremento de las exportaciones por parte de empresas chinas, que utilizan baterías LFP, con lo que logran reducir notablemente sus costes de producción.
Además de ser accionista de ACC, Stellantis ha firmado un acuerdo con la empresa china CATL para construir una planta de producción de baterías LFP en Europa. "Vamos a ajustar nuestros planes de inversión en vehículos eléctricos conforme al ritmo de crecimiento de las ventas en el mercado", ha declarado Carlos Tavares, CEO de Stellantis, durante la rueda de prensa en la que mostró su apoyo a la decisión de ACC. "No controlamos esa velocidad", añadió.
En un comunicado Mercedes, afirmó que seguía comprometida con ACC y que su estrategia de electrificación continuaba avanzando según lo planeado.
Stellantis y Mercedes-Benz no son las únicas
En abril, Volkswagen advirtió que aplazar el inicio de operaciones de sus fábricas de baterías en Europa debido al descenso en las ventas de vehículos eléctricos. Varios fabricantes están optando por impulsar la comercialización de híbridos enchufables, lo que les permite mantener sus motores de combustión interna como su principal línea de negocio hasta la próxima década.
Toyota ha expresado repetidamente su escepticismo sobre el progreso de los coches 100% eléctricos, sugiriendo que solo constituirán el 30% del mercado automotriz mundial en el futuro, según las estimaciones de su presidente, Akio Toyoda. En octubre de 2023, General Motors anunció una desaceleración en la producción de vehículos eléctricos proyectada para 2024 y 2025, señalando incertidumbre sobre la evolución del sector a finales de enero.
¿Qué pasa con los incentivos públicos?
En un contexto de desaceleración económica generalizada, varios países están reduciendo gradualmente los incentivos para la compra de vehículos eléctricos como medida para equilibrar sus presupuestos. Actualmente, España, Italia, Suecia, Austria y la República Checa son los únicos países de la Unión Europea que ofrecen incentivos fiscales para la instalación de puntos de recarga eléctrica, según un informe reciente de la ACEA. En cuanto al uso de vehículos eléctricos en empresas, solo 17 países de la UE ofrecen algún tipo de apoyo económico, mientras que seis países carecen de incentivos para la compra.
España se destaca como uno de los países europeos con menor penetración de vehículos eléctricos, representando solo el 5,5% del total de vehículos en circulación, muy por debajo del promedio europeo del 15%. Además, un informe de Transport & Environment señala que en España la adquisición de vehículos de combustión cuenta con más beneficios fiscales que la compra de vehículos eléctricos.