Hace unos meses la mayoría de conductores de España se hicieron eco de las últimas declaraciones del Gobierno, el cual planteó un peaje común por uso de autopistas y autovías. Estas afirmaciones cayeron como jarra de agua fría sobre la práctica totalidad de los conductores, que se aquejaron de pagar ya suficientes impuestos con los que mantener en estado óptimo las vías de circulación en nuestro país. Después de muchos meses de silencio sobre este tema, hoy se ha dado a conocer a través del diario El Economista, gracias a fuentes ministeriales, que dicho peaje se trataría en realidad de un sistema de pago tipo viñeta que tendría un coste anual de 80 euros.
Este tipo de pago tratará de una tarifa de temporalidad limitada a un año, un mes, una semana o un día, según convenga a su interesado y que dará derecho al conductor en cuestión a hacer uso de las vías rápidas de todo el país. Parece ser que los planes del ejecutivo serán los de establecer este método a partir del año 2023, fecha que concuerda con los ya anunciados planes para instaurar dicha cuota. El establecimiento de este pago por viñeta tendría una corta vida, pues su permanencia se espera que sea de apenas dos años y como método intermedio, ya que una vez transcurriera ese plazo de tiempo, se llevaría a cabo la implantación de un pago por uso mediante telepeaje.
Raquel Sánchez, Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, no ha hecho declaraciones al respecto, únicamente aseguró que “estamos en proceso de análisis”. Este método de viñeta parece que se ha establecido como la opción favorita de los miembros del Gobierno, siendo también la forma más rápida de cumplir con el compromiso adquirido con la Unión Europea a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Esta decisión recibió hace unos meses una alta indignación popular debido a las palabras con las que se refirió el propio Director General de la DGT, Pere Navarro, quien en su exposición utilizó la expresión “el que lo usa, lo paga”, estableciendo un paralelismo entre los usuarios del tren y los propios conductores de automóviles. Esto hizo saltar todas las alarmas de los usuarios, ya que este directivo insinuó que los servicios de las autopistas que todos disfrutamos es gratuito, cuando un alto porcentaje del precio de los combustibles, en la propia compra del coche o el impuesto de circulación son pagos que durante los últimos años se han considerado como “el peaje” necesario para llevar a cabo la conservación de la red de carreteras.
El coste para turismos será de unos 80 euros anuales.
Una de las ventajas que posee el método de viñeta que propone el ejecutivo es que, a nivel de control de pagos, es más sencillo, ya que se podrá saber quién ha abonado el impuesto y quien no a través de una pegatina o simplemente leyendo la matrícula del vehículo en cuestión por parte del cuerpo de policía o Guardia Civil encargado de dicha tarea, algo muy similar a lo que ya tenemos actualmente con las etiquetas medioambientales de la DGT. Este método también se impondría a visitantes extranjeros, ya que al poder abonarse por un periodo de tiempo determinado, será completamente viable para aquellos que sólo circulen durante unos pocos días por nuestras autopistas. Este procedimiento es el que se usa hasta ahora en países como Austria o Suiza, donde el coste es mucho más bajo (38 euros anuales) a pesar del mayor nivel adquisitivo de sus ciudadanos en comparación con España.
Al ser un método de control sencillo, le daría tiempo al Gobierno para instalar el sistema de telepeaje por pórticos o satélites. Un método que va un paso más allá en cuanto a dificultad tecnológica, infraestructura necesaria, y coste del aparataje. La instalación de estos pórticos tendría lugar pasados al menos dos años desde la implantación del método de viñeta, por lo que no contamos con este siguiente método hasta, al menos, el año 2025. Desde el Ministerio se trabaja ya en el diseño de estos y se prevé el contacto con algunas empresas especializadas en su concepción e instalación.
La instauración de este pago permitiría un refuerzo de la capacidad para acometer el mantenimiento y nuevas obras de la red de carreteras, ya que las partidas presupuestarias actuales no dan abasto para encarar dichos gastos, especialmente desde el pasado 2018, cuando algunas de las autopistas de peaje pasaron a ser control del Estado, asumiendo así un gasto extraordinario que sumar al total con el que ya contaba. El pago por uso de las autopistas otorgaría al ejecutivo una obtención económica de entre 1.500 y 1.600 millones de euros, cantidad que se estima suficiente paga sufragar los gastos de mantenimiento de las vías.
A pesar de todo, este no es un método alabado por Europa, ya que no asume el criterio de “quien contamina, paga”. El criterio asumido por el Gobierno no establece un rango de pago concreto para los coches más o menos contaminantes, algo por lo que abogan desde Bruselas. Esta viñeta afectaría a los 24,6 millones de turismos, a los 5 millones de furgonetas y camiones, y a los 1,8 millones de ciclomotores del parque español.
Si bien aún no se ha declarado la oficialidad de estos rumores o filtraciones, sí que se conoce que el Gobierno pretende instaurar un pago por uso de las carreteras de alta capacidad de España, y este método por viñeta parece aproximarse mucho a lo que desde el ejecutivo quiere llevar a cabo. En cualquier caso, queda claro que, de una forma u otra, los conductores tendrán que hacer frente al pago anual por uso, algo de lo que en los próximos meses saldremos de dudas en todos los detalles.