El panorama eléctrico ha cambiado mucho y muy deprisa. Si bien hace unos años Tesla era la empresa más dominante de la industria, hoy son muchas las que plantan cara. Sin embargo, los Tesla siguen siendo la mejor apuesta a la hora de comprar un coche eléctrico por rendimiento y precio. Sin embargo, para las empresas de alquiler de coches esto es más un problema que una ventaja. Hertz ha perdido cientoss de millones tras apostar por Tesla. La empresa de rent a car sigue de liquidación mientras que los precios siguen cayendo rápidamente. Aunque sean coches muy jugosos no son del todo recomendables.
En 2021, Hertz anunció un gran contrato de compra de más de 100.000 coches eléctricos de Tesla para sus flotas americanas e internacionales. Se trató de uno de los pedidos más grandes de la industria y una demostración que el coche eléctrico no sólo es posible para el cliente particular. El procedimiento de entrega y puesta en servicio fue de lo más normal, nada vaticinaba el cambio que iba a producirse poco después. Las reservas aumentaron rápidamente y muchos clientes en todo el mundo estaban encantados de poder alquilar un Model 3 o un Model Y para sus vacaciones o alquileres puntuales. Su bajo coste operativo resultaba muy atractivo para las empresas.
Hertz se ha dado de plazo hasta finales de año para vender todos los Tesla
Sin embargo, a principios de 2023 todo cambió. De la noche a la mañana Tesla redujo drásticamente el precio de sus coches, provocando un tsunami comercial en todos los mercados y afectando principalmente a las grandes flotas. El negocio de Hertz no sólo es alquilar coches. Los compra baratos, les saca una rentabilidad operativa y al cabo del tiempo los vende con beneficios. La jugada es redonda, pero en los despachos de Hertz no contaban con la reducción de las tarifas. El mercado de VO se resintió inmediatamente. Era casi más barato comprar un coche nuevo que uno usado, así que los precios de reventa cayeron mucho y muy rápidamente. Los beneficios de Hertz llegaron a recortarse un 70% en un sólo año. 245 millones en pérdidas en el último trimestre del año.
La única solución posible era desprenderse de esos coches lo más rápido que fuese posible. Cada día en la flota los coches se depreciaban un poco más. La compañía ha tratado por todos los medios vender los más de 20.000 Tesla que figuran en su parque, mientras que los reemplaza por vehículos de combustión. Las ofertas han sido suculentas a lo largo de los meses. Hoy es posible comprarse un Model 3 con muy pocos kilómetros por apenas 20.000 dólares. La depreciación es tan agresiva que los coches eléctricos de Hertz han perdido un 89% de su valor original. Cada mes que pasa cada unidad pierde 537 dólares más. La hemorragia es imparable, aunque esperan haber liquidado todo el stock antes de que acabe el año.
Si bien puede ser un buen negocio para comprar un coche eléctrico, la verdad es que comprar un Model 3 de segunda mano a una empresa de alquiler de coches puede que no sea la mejor idea de todas. Su vida útil ha sido dura, pasando por decenas o cientos de clientes diferentes que no han tenido especial precaución ni en cuidar el coche en sí ni las baterías que lo acompañan. Teniendo en cuenta las pérdidas de Hertz no sería nada extraño pensar en que la compañía ha recortado al máximo el gasto en los vehículos, lo que incluye mantenimiento y limpieza de los mismos. Tampoco hay que menospreciar la garantía del producto, que en muchos casos no será tan amplia como la que llega de fábrica.