En los últimos años, la industria europea del automóvil se ha enfrentado, por un lado, a la transición de los tradicionales modelos de combustión a los coches eléctricos. Y, por otro, al auge de los fabricantes chinos de coches, que por un lado están copando las ventas en su país y, por otro, incluso están desembarcando en Europa.
Todo ello ha hecho que las ventas de los fabricantes europeos hayan sufrido fuertes recortes, en especial la de los coches eléctricos -como ha ocurrido con Mercedes o con Ford-, lo que no sólo ha afectado a los constructores europeos sino que, en segunda instancia, también lo ha hecho con los proveedores que les sirven los componentes a estos fabricantes.
50.000 despidos en los principales proveedores europeos
Así, hace unos días, Robert Bosch, el mayor proveedor de componentes para coches eléctricos y térmicos del mundo, anunciaba 12.000 despidos en todo el mundo, de los que hasta 5.500 se centrarán en Alemania.
Le seguía ZF Friedrichshafen, que también anunciaba entre 11.000 y 14.000 recortes de empleo en todo el mundo para 2028. Y también lo hacían otros importantísimos proveedores como Continental -el octavo a nivel mundial- que recortará 7.150 empleos en todo el mundo en los próximos años -3.000 en Europa- o Forvia, que también ha anunciado la eliminación de más de 10.000 puestos de trabajo en Europa -el 13% de su plantilla- para 2028.
La lista sigue: Valeo, cuyo CEO se mostraba muy preocupado por la industria europea hace algunas semanas, ya ha anunciado más de 2.000 despidos y el cierre de varias fábricas. Mahle despedirá a 600 personas en Eslovenia y otras empresas como Schaeffler despedirán hasta a 4.700 personas en todo el mundo, de las cuáles 2.800 trabajan en Europa.
En total, y según recoge Autonews, los principales proveedores de componentes para automoción de Europa han anunciado este año casi 50.000 recortes en sus plantillas mundiales, con al menos 10.000 de ellos en Alemania y otros 10.000 más en el resto de países de Europa.
Esta cifra, sumada a las pérdidas de empleo sufridas a raíz de la pandemia del COVID-19, han supuesto que los proveedores han reducido sus plantillas en cerca de 86.000 personas desde 2020, indican desde la asociación euroepea de proveedores CLEPA.
Incluso cuando se han creado nuevos empleos en divisiones emergentes, la pérdida neta de empleo sigue siendo muy notable”, ha declarado el secretario general de CLEPA, Benjamin Krieger.
Krieger ya declaró el pasado mes de octubre que, “a pesar de las previsiones de la creación de más de 100.000 nuevos puestos de trabajo para 2025, la realidad muestra una pérdida neta de casi 56.000 empleos”.
Y el secretario general de CLEPA no dudaba en comparar la actual situación con la pandemia: “en los primeros seis meses [de 2024], los proveedores europeos anunciaron planes para recortar 32.000 empleos más que durante los peores períodos de la pandemia”, declaró: “esto supera los días más oscuros de COVID-19”.
Lo peor está “por llegar”
Las perspectivas para los empleos en el sector de los proveedores de automoción durante los próximos años “son sombrías”, no ha dudado en señalar Matthias Zink - presidente de CLEPA y jefe de tecnologías del automóvil de la empresa Schaeffler- durante una entrevista al medio alemán Automobilwoche.
“El principal problema para nuestra industria es el aumento de la electromovilidad, que es demasiado lento”, señalaba Zink, quien también adelantó que “el mayor impacto en el empleo probablemente todavía está por llegar”.
Por su parte, el analista Pedro Pacheco, de la consultora Gartner, explicaba a Autonews que “el auge de la electrificación y la conducción autónoma” ha exigido a la industria y a los proveedores “un cambio fundamental” en su estrategia de producto.
Pero “una vez que un proveedor se ha comprometido a una nueva dirección”, se encuentra en una posición de riesgo "si el ritmo del cambio es diferente a lo previsto”, explica este analista.
Pacheco señala que los despidos de los proveedores se han reducido, “generalmente, en dos áreas clave: la electrificación y el software”. Pero el progreso más lento de lo esperado en estas tecnologías -por las cuáles los fabricantes de coches han apostado- “está afectando directamente a los proveedores”.
La situación paradigmática del mercado chino
Un caso que el propio Pacheco cita como ejemplo son los problemas a los que se enfrenta el Grupo Volkswagen en China. El Grupo, que “es el mayor fabricante de automóviles extranjero en China, ha perdido mucha de su cuota de mercado frente a los fabricantes locales de coches eléctricos”, explica.
Y esta disminución de ventas “ha afectado directamente a su cadena de suministro, creando un efecto dominó para empresas como Bosch y Schaeffler” -ambas, proveedores del Grupo-, señala.
Los fabricantes occidentales de automóviles “están perdiendo importancia en el mercado chino debido a la competencia de los fabricantes locales, que ofrecen coches eléctricos más avanzados y a mejor precio”, explica este añalista. Y a medida que “pierden cuota de mercado, sus proveedores también se ven inevitablemente afectados”.
Pachecho resumía la situación señalando que “para sobrevivir, los proveedores deben diversificar su base de clientes [más allá de las marcas occidentales] y fortalecer las relaciones con los nuevos fabricantes y actores emergentes del sector”.
“Aquellos que logren adaptarse, saldrán de esta crisis en mejor situación; aquellos que no lo hagan, se arriesgan a desaparecer”, concluye.