A menudo se suele señalar que una de las ventajas de cualquier vehículo eléctrico es que a lo largo de su vida útil son más económicos y fáciles de mantener que sus homónimos de combustión interna. Esto es aplicable tanto a motocicletas, como a coches o cualquier otro vehículo eléctrico, y se trata de un hecho constatado, sin duda alguna. Sin embargo, un reciente estudio ha comparado el coste de un coche eléctrico en comparación con uno de gasolina durante los primeros compases de su vida útil, arrojando una llamativa y cuestionable conclusión.
Y es que este estudio, del que se ha hecho eco Automotive News, y que ha sido elaborado por We Predict, concluye que durante los primeros compases de vida, el coste de mantener un coche eléctrico es sustancialmente mayor que el de uno de combustión interna, lo que resulta contrario a la experiencia generalizada con coches eléctricos por parte tanto de empresas como de usuarios particulares.
Sabemos que los coches eléctricos gozan de un menor número de componentes mecánicos, y que además los existentes son más simples, por lo que estos requieren de un mantenimiento menos acusado y laborioso que ningún coche que se alimente de diésel o gasolina. Así lo han venido corroborando estos últimos años múltiples estudios y casos particulares. Para muestra, un botón, como el Tesla Model 3 policial con que lleva patrullando un año y que ahorrará a su departamento más de 20.000 dólares en los próximos cuatro años.
Aun con múltiples casos como el anterior, We Predict señala que durante los primeros tres meses de vida coche eléctrico cuesta 2,6 veces más en términos de mantenimiento y reparación que uno de gasolina, mientras que al concluir el primer año se reduce a 1,6 veces más.
Tesla Model 3 eléctrico.
Como bien sabemos, durante los dos primeros años de vida, un vehículo (y prácticamente cualquier otro dispositivo u elemento) tiene su obligatoria garantía comercial con la que el fabricante ha de corresponder al consumidor y usuario del bien adquirido. Por tanto, de estar en lo cierto, este presunto coste extra del que se hace eco la empresa analista no es un coste que recae directamente sobre los usuarios, por lo que su resultado no es relevante de cara al usuario final.
El titular del estudio dice haberse basado en más de 19 millones de coches vendidos entre 2016 y 2021, y no podemos desacreditar su conclusión, pero sí podemos alegar matices. Y es que, como bien sabemos gracias a casos como el del Tesla Model S con 400.000 kilómetros, la experiencia a pie de calle es bien distinta.
Otro aspecto que ha podido afectar a este estudio son las multimillonarias llamadas a revisión por parte de fabricantes como Hyundai o Chevrolet para solventar defectos relacionados con las celdas de la batería, lo que aumenta significativamente el coste de mantenimiento por cada coche eléctrico. Aunque We Predict no detalla si ha incluido en el estudio el coste de estas extraordinarias campañas, lo que sí está claro es que estas reparaciones que tampoco afectan al bolsillo del consumidor.
También hemos de tener en cuenta también que las reparaciones bajo garantía, que insistimos no conllevan gasto por parte del usuario, se llevan a cabo en los servicios oficiales de cada fabricante, donde en multitud de ocasiones el coste de reparar un elemento que a priori no debería ser demasiado costoso de reparar acaba en una sorpresiva factura. Sin ir más lejos estas semanas nos hemos hecho eco de un presupuesto de Audi que se fue a más de 30.000 dólares para una reparación cosmética y del Model 3 cuya avería Tesla fijó en 14.000 dólares que después fue reparada en un taller ajeno por poco más de 700.
Dice We Predict que su próximo informe sobre el mantenimiento de coches eléctricos se extenderá hasta los tres años de vida, por lo que sí debería arrojar un resultado más llamativo y relevante de cara a usuarios.