Los fabricantes de coches tienen la difícil tarea de adelantarse al mercado. Los responsables de las marcas tienen que predecir el futuro y acogerse a esa visión para organizar su estructura. El coche eléctrico ha cogido a muchos por sorpresa, pero la inestabilidad del mercado obliga a tomar medidas flexibles y más caras. Hace tiempo que Jaguar adoptó una postura centrada exclusivamente en la movilidad eléctrica. El próximo año empezaremos a ver los resultados de ese riesgo, pero hoy sabemos que Jaguar y Land Rover tendrán que gastar más de lo esperado para poder seguir con vida.
A principios de 2022 asistimos a una de las maniobras más extrañas y peligrosas que hayamos visto en la industria. Jaguar anunció un parón de tres años para prepararse a una transformación radical. Los de Coventry aseguraron un futuro 100% eléctrico a partir de 2025 y para ello modificarán toda su estructura y su gama actual. Todos los modelos que conocemos desaparecerán de la parrilla. Sólo uno sobrevivirá, el Jaguar F-Pace, el único coche que actualmente sale rentable para la compañía. El resto nos dirá adiós, incluido el primero y el único coche eléctrico de la marca, el Jaguar I-PACE.
Jaguar necesita diversificar su oferta mecánica
A la hora de relatar los planes, los ingleses advirtieron una enorme inversión de 17.400 millones de euros en un plazo de cinco años. Ese dinero se gastaría no sólo en el desarrollo de productos, también en la adaptación de las líneas de montaje y en la creación de submarcas, Jaguar, Range Rover, Defender y Discovery, principalmente. Ni que decir tiene que es la mayor inversión realizada por la compañía en toda su historia. Gasto que corre a cargo de Tata, la marca matriz, aunque el Gobierno de su Majestad también ha inyectado parte del capital, aproximadamente 670 millones con el fin de impulsar el cambio. A pesar de que hay mucho dinero encima de la mesa, no es suficiente.
Así lo han reconocido los propios ingleses. Las nuevas cifras indican que la compañía tendrá que gastar 3.500 millones adicionales, casi 21.000 millones en total, para que la transformación de la marca no corra peligro. JLR se ha topado con una situación de dificultad que no estaba programada. El coche eléctrico ha reducido su protagonismo en los últimos meses y muchos analistas consideran que el panorama actual perdurará durante más tiempo. Las compañías están derivando inversiones a los sistemas híbridos e híbridos enchufables como tabla de salvación intermedia, y eso es lo que tienen que hacer en Coventry.
Las nuevas cifras responden a esa necesidad. Tal y como ha reconocido el director financiero de JLR, Richard Molyneux: “hasta que una tecnología de motorización triunfe a nivel mundial vamos a seguir invirtiendo en varios motores al mismo tiempo, por lo que, probablemente, el gasto subirá”. Es decir, JLR tiene que diversificar. También tiene que ahorrar y para ello usará tecnología china. En las últimas semanas hemos sido testigos de su asociación con Chery para el suministro de plataformas y sistemas específicos para vehículos híbridos e híbridos enchufables. La información es todavía un poco imprecisa, pero se espera que los ingleses den más detalles próximamente.