Una startup de origen ruso llamada L-Charge tiene como propósito abastecer de recarga eléctrica a muchos vehículos que tienen como ubicación diaria los lugares más remotos con ausencia total, o parcial, de cargadores para vehículos cero emisiones. Esta empresa espera llegar a la capital de Reino Unido a lo largo de 2022 donde desarrollará su actividad sobre sus propios vehículos adaptados.
La infraestructura existente a día de hoy para abastecer la recarga de los coches eléctricos, es escasa. En la práctica totalidad de mercados mundiales, esto se presenta como un claro "pero" a la adopción de estos vehículos a batería, ya que en ciertos lugares se complica de forma notable el llevar a cabo el abastecimiento energético del coche. Para ello, la startup rusa L-Charge, espera dar respuesta y, lógicamente, obtener un beneficio basándose en la deficiente red de carga existente sobre, concretamente, la ciudad de Londres.
La solución que aporta L-Charge a este problema se basa en unos supercargadores de alta potencia que se encuentran instalados sobre un camión. Por ello, en caso de precisar un chute de energía extra, con una conveniente llamada a esta compañía, este camión se presentará en el punto donde necesites y efectuará su labor. Los cargadores montados sobre el propio camión, extraen su propio un suministro enérgico a través de GNL (Gas Natural Licuado), hidrógeno, o una mezcla de ambos, por lo que no es necesario tener conexión a la red eléctrica para aportar dicho suministro.
El tiempo estimado en cargar una batería de un coche eléctrico medio hasta el 80% está entre 5 y 7 minutos, según los datos aportados por la propia empresa. Actualmente L-Charge posee el único supercargador móvil del mundo, y a día de hoy opera en la ciudad de Moscú sobre la que obtienen en torno a seis solicitudes diarias como proveedor de electricidad. Este nivel de demanda muestra el retraso existente en materia de instalaciones de carga para estos vehículos, los cuales ya suponen en muchos lugares una alternativa real a los coches con motores térmicos.
El pasado mes de septimbre, L-Charge cosechó un beneficio íntegro de 1 millón y medio de dólares, por lo que actualmente se encuentra en búsqueda activa de un socio con el que aumentar la producción de sus camiones para incrementar la oferta, así como para más adelante también planean meterse en el mercado de las estaciones de recarga fijas. Esto último sucederá una vez hayan desarrollado su actividad planeada el próximo año 2022 sobre la ciudad de Londres.
Desde L-Charge saben que el método de abastecimiento de sus supercargadores no es el más ecológico, ya que sus generadores de GNL emiten más CO2 que la propia red eléctrica europea, aunque tres veces menos de lo que puede llegar a emitir una mecánica diésel.
El servicio de L-Charge se podrá requerir a través de una aplicación propia que lanzará la empresa próximamente. El precio por servicio es notablemente superior a lo que algunas líneas de recarga fija establecen por kWh consumido. La empresa rusa estipula un coste por kilovatio hora consumido de 0,80 céntimos de euro, lo que supone prácticamente el doble que otras operadoras. A pesar de esto, su demanda aumenta mensualmente. El próximo año iniciarán su oferta en Londres y podremos ver si este método es realmente demandado sobre suelo inglés. Cada uno de estos camiones-cargadores tiene un coste de fabricación de 200.000 dólares, mientras que cada uno es capaz de suministrar hasta 25 coches eléctricos al día.