Es muy complicado para un fabricante con varias marcas bajo su paraguas empresarial acertar con el posicionamiento de todos y cada uno de los coches que comercializa en según qué mercados, ya que llegado cierto punto, un producto puede empezar a robar ventas a otro si no se ha acertado con sus características. Toyota sólo tiene dos marcas activas en España, Toyota y Lexus, y ambas pueden estar apuntando al mismo tipo de cliente con los dos últimos SUV que han lanzado al mercado.
Por un lado, está el Lexus LBX, un B-SUV que apunta a convertirse en el coche más vendido de Lexus gracias a que no sólo es el coche más asequible de toda la marca, sino también el único modelo dentro de su categoría que tiene un habitáculo concebido con materiales propios de un coche verdaderamente prémium.
Por otro lado, encontramos al Toyota C-HR, un atípico todocamino que en su segunda generación, en realidad, no ha cambiado demasiado: sólo ha perfeccionado al primer modelo adaptándose al nuevo lenguaje de diseño de la marca, con un habitáculo acorde a los tiempos que corren, mientras que en el apartado mecánico ha incorporado las últimas versiones de sus fiables y reputados sistemas híbridos.
Aunque a priori se asienten en segmentos distintos y, por ello, teóricamente, apunten a perfiles de clientes completamente diferentes, la verdad es que esto puede no ser del todo así. A grandes rasgos, son dos SUV japoneses de mecánica híbrida cuyo cometido es buscar al público joven que quiere distinción: el uno lo hace mediante un habitáculo de alta calidad y el otro a base de diseño.
Lexus tiene grandes esperanzas puestas en el LBX, pero, analizando punto por punto lo que ofrece cada modelo, aquellos potenciales clientes que los comparen entre sí, encontrarán pocas razones que les empujen a hacerse con el Lexus en lugar del Toyota si la calidad interior no es la condición que más impere entre los motivos de compra.
Además, el modelo de Toyota tiene un precio algo más bajo, a lo que hay que sumar que se trata de un coche con algo más de maletero y motor, dos aspectos clave a la hora de decantarse por uno u otro.
Sin tener en cuenta ningún tipo de ayuda o descuento, el C-HR parte de 31.750 euros con su línea Active, la más económica, y dar el salto a la línea Advance sólo implica pagar 750 euros más, obteniendo a cambio mucho más equipamiento. El LBX, por su parte, parte de los 33.900 euros en su versión básica y hasta los 37.800 euros no hay nueva opción que mejore el equipamiento.
En términos mecánicos el C-HR tiene dos opciones, una de 140 CV y otra de 197. La de 140 CV promete cumplir de sobra con lo que se espera en un coche de este tipo y, además, ya es ligeramente más potente que la única disponible en el Lexus, que rinde 136 CV. Se trata del sistema híbrido compuesto por el propulsor de gasolina de 1,8 litros de cilindrada de Toyota, una de las mecánicas más probadas y fiables que se pueden comprar hoy día.
En términos prácticos, a decir verdad, el C-HR no es ninguna referencia en su categoría. Entre los C-SUV, es de los modelos con menor tamaño de maletero, pero sigue siendo superior al del Lexus: tiene hasta 388 litros de volumen, dependiendo de la versión, y sus plazas traseras pueden resultar algo abogiantes a causa del diseño de las ventanillas. El LBX ofrece 320 litros, un dato acorde al segmento en el que milita.