El reciclaje de las baterías es una de las claves para que los coches eléctricos reduzcan su huella de carbono a lo largo de su vida útil. Debido a la complejidad del proceso y lo novedoso del mismo (el vehículo eléctrico está ahora en fase de expansión), es además un reto para los fabricantes de baterías. No obstante, cada vez son más los que están iniciando programas de reciclaje de las baterías, y ahora la compañía Li-Cycle Corp. ha anunciado el envío de su primera remesa de materiales reciclados a partir de baterías de iones de litio antiguas.
Esta compañía canadiense es actualmente una de las pocas del mundo capaces de reciclar materiales clave de las baterías de manera sostenible, y ahora ha anunciado su primera remesa de metales como cobalto, níquel y litio reciclados a partir de baterías. Materiales esenciales para la fabricación de baterías, con enorme potencial de demanda en los próximos años, y cuya extracción y procesado no está libre de polémica en algunos casos.
La compañía ha desarrollado una tecnología que permite la recuperación de entre el 80% y el 100% de los materiales que se encuentran en las baterías de iones de litio, utilizando procesos mecánicos y químicos. Respecto a estos últimos, la compañía emplea un proceso hidrometalúrgico: un método que consiste en extraer el elemento que nos interesa (en este caso el cobalto, el níquel o el litio, principalmente) desde una solución acuosa que actúa como agente de disolución.
Según la compañía, su tecnología de recuperación es capaz de reciclar baterías con todo tipo de químicas en los cátodos y los ánodos, por lo que no tienen que hacer distinciones especiales dentro de todos los tipos de baterías de iones de litio. Además se procesan sin riesgo de fuga térmica, es decir, no hay riesgo de incendio durante el proceso de reciclaje (más allá del que pueda existir en cualquier instalación).
Li-Cycle, que actualmente tiene sus instalaciones en Ontario (Canadá), ha anunciado que abrirá un segundo centro de reciclaje en el estado de Nueva York (Estados Unidos). Creará al menos 23 puestos de trabajo en su primer año de funcionamiento y esperan que funcione a pleno rendimiento a finales de este año.
Se prevé que para el año 2040 la producción de baterías de iones de litio habrá aumentado 50 veces a nivel global, lo cual supone un desafío a la hora de suplir la demanda de materiales esenciales como el cobalto, el litio o el níquel. Por eso es fundamental establecer una industria destinada al reciclaje de las baterías usadas, para reducir la extracción y el refinado continuo de materias primas finitas, así como sus repercusiones ambientales: emisiones de gases a la atmósfera, contaminación de agua y suelos y sobre explotación de recursos.