Tiempo hace que ya Herbert Diess, quien fuera director ejecutivo del Grupo Volkswagen, abandonó las filas del conglomerado alemán a causa de una estrategia y varios errores que, con el paso de los años, han terminado por certificar que, efectivamente, el camino que tomó la marca no era el apropiado.
La firma, como muchas otras en Europa, ha perdido un gran volumen de producción y venta de coches en Europa, mientras que Toyota, poco a poco y gracias a sus coches híbridos, está convirtiéndose en la referencia en el apartado comercial junto a una oleada de nuevas marcas, principalmente chinas, que se han hecho con una jugosa cuota de mercado gracias al precio de sus coches, más económicos.
Entre tanto y hasta la fecha, Tesla ha absorbido de manera casi total la cuota de mercado de coches eléctricos en una etapa clave para la amortización de los proyectos de desarrollo de este tipo de coches entre el resto de fabricantes, poniendo en riesgo las fuertes inversiones hechas en este campo.
Toda esta situación ha hecho que, por un lado, los coches eléctricos no acaben de despegar en el apartado comercial, a la vez que ha beneficiado de manera evidente a quienes han puesto en foco en desarrollar una tecnología híbrida accesible, como es el caso del fabricante japonés, quien fue el primer fabricante que supo ver el potencial de las mecánicas híbridas: pasaron a ser una parte más de su gama ya por el año 2010, incorporando el propulsor híbrido del Prius a modelos como el Auris, el Yaris o incluso al RAV4 una versión evolucionada del mismo años después.
Ahora, con el diésel demonizado y las ZBE imponiendo su ley en gran parte de Europa, estas mecánicas están resultando ser el reemplazo perfecto a la gasolina y el diésel en un escenario en el que el coche eléctrico no acaba de formalizar su relevo al coche térmico convencional.
Por todo lo anterior, y aun teniendo una nutrida gama de híbridos enchufables (aunque de precio muy alto), el Grupo Volkswagen tiene que lanzarse al desarrollo de mecánicas híbridas convencionales, al más puro estilo Toyota, para poder resultar competitiva en el apartado comercial en los años venideros. Cabe señalar que el consorcio alemán ya tuvo en producción motores de tipo HEV en sus modelos de más alta gama, incluídos los Porscha Cayenne y Panamera, pero dejó producirlos.
Según la publicación francesa L'argus, quien ha tenido acceso a información privilegiada de los despachos de la firma alemana, el fabricante ya se encuentra desarrollando un motor de tipo HEV para la próxima generación modelos, que ha pasado de proyectarse como un coche 100 % eléctrico a un híbrido convencional en vistas del comportamiento del mercado europeo.
A tenor de lo detallado por la fuente, este propulsor está pensado en principio para modelos de las firmas Volkswagen, Audi y Cupra, ya que por su precio superior a la media del mercado, se trata de un motor que encajará mejor en la gama de cada marca, donde reemplazará prácticamente de manera directa a los propulsores diésel.
Tal y como señalan, el encargado de estrenar esta tecnología será el próximo Volkswagen Golf, que en su novena generación tiene la ardua tarea de volver a situar al fabricante alemán por encima de Toyota, quien domina de manera férrea las matriculaciones de turismos a nivel global.