Un antiguo Airbus A320 va a recibir una segunda vida transformándose en un laboratorio de pruebas rodante. El objetivo es investigar sobre el uso del hidrógeno en la aviación comercial, y qué mejor manera que probarlo sobre un avión que se ha pasado las últimas tres décadas volando incansablemente.
Mientras los turismos y furgonetas parecen orientar la descarbonización y la neutralidad de carbono hacia el empleo de baterías, el transporte aéreo está explorando vías alternativas con el mismo objetivo, ofrecer soluciones menos contaminantes que las actuales. Una de ellas son los combustibles sintéticos y la otra es el uso de hidrógeno.
Lufthansa Technik, el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), el Centro ZAL de Investigación Aeronáutica Aplicada y el Aeropuerto de Hamburgo han puesto en marcha un proyecto conjunto bajo el nombre 'Hydrogen Aviation Lab'. Se trata de un laboratorio a escala real en el que probarán los procesos de mantenimiento y operatividad de los futuros aviones impulsados por hidrógeno.
Para ello utilizarán (reutilizarán, mejor dicho) un Airbus A320 que ha estado en servicio durante 30 años con Lufthansa, una de las aerolíneas comerciales más grandes del mundo. El proyecto incluye la instalación de una infraestructura de repostaje de hidrógeno en tierra y la instalación de un tanque de hidrógeno líquido y una pila de combustible en la aeronave. La instalación de los componentes de hidrógeno comenzará en los próximos meses.
«Con el "Laboratorio de Hidrógeno para la Aviación", Hamburgo se ha embarcado en un gran proyecto. Contribuirá de forma valiosa a hacer posible el uso del hidrógeno como combustible para la aviación. El enfoque en los procedimientos de mantenimiento y reabastecimiento de combustible debería proporcionarnos conocimientos que serán importantes para el desarrollo de la infraestructura del hidrógeno. Este laboratorio del mundo real nos permite añadir un elemento crucial a la estrategia de Hamburgo para hacer más sostenible la aviación. Seguimos dos objetivos estratégicos: el desarrollo de una economía del hidrógeno en Hamburgo y la descarbonización de las industrias de la movilidad. Estamos muy satisfechos de poder hacer posible este proyecto, pionero en el mundo», explica el senador Michael Westhagemann.
El proyecto también cuenta con el apoyo de la Autoridad de Economía e Innovación de Hamburgo y el Banco de Desarrollo e Inversión de Hamburgo (IFB Hamburg).
Aunque este Airbus A320 ya no surcará los cielos, puede ser remolcado a diferentes lugares de la base de Lufthansa Technik y del aeropuerto de Hamburgo para permitir la investigación de los procesos en tierra, como el repostaje. Con la tecnología actual, un repostaje de hidrógeno líquido para un vuelo de larga distancia puede durar varias horas. Este, entre muchos otros, será uno de los ámbitos de investigación que abordará el proyecto, con el objetivo de reducir estos tiempos. También los procedimientos de actuación o la seguridad durante las tareas de mantenimiento, por mencionar sólo algunos.
Paralelamente a la investigación realizada con el avión físico, el proyecto incluye la creación de un gemelo digital del Airbus A320. Con este se llevarán a cabo simulaciones que permitirán a los investigadores desarrollar y probar métodos de mantenimiento predictivo para los sistemas y componentes de las futuras generaciones de aviones. Gracias a los análisis de datos, los fallos potenciales de los componentes podrán predecirse antes de que se produzcan en el sistema físico, lo que permitiría sustituirlos a tiempo antes de que afecten al funcionamiento del avión. Los miembros del proyecto quieren prepararse para el manejo y mantenimiento de los aviones impulsados por hidrógeno, cuya entrada en servicio está prevista para mediados de la próxima década.