Si algo caracteriza a Mazda, es que se trata de un fabricante de turismos que no sigue demasiado los cánones marcados el conjunto empresas que dan forma a la industria del automóvil. En estos últimos años la marca no ha seguido la moda downsizing en el ámbito de los motores de combustión y tampoco ha desarrollado coches eléctricos para Europa desde cero como sí lo ha hecho el resto. Ahora, además, confirman que seguirán trabajando en un tipo de motor que no le ha reportado mucho éxito, aunque sí buena reputación.
Sin entrar demasiado en cuanto a detalles sobre en torno a qué condiciones se está desarrollando el proyecto, fuentes internas de Mazda han confirmado que el fabricane japonés seguirá desarrollando motores rotativos.
Estos motores hacen gala de una configuración mecánica única, pues en lugar de recurrir a un bloque tradicional de pistones y cilindros, con todos sus componentes periféricos, se articula en torno al uso de un rotor de proporciones triangulares que gira sobre sí mismo para crear la potencia necesaria.
Los de Hiroshima son la única marca que en la actualidad tienen en comercialización un producto propulsado por este motor. El Mazda MX-30 es un híbrido enchufable cuyo motor de gasolina, aunque no potencia las ruedas, se encarga de alimentar tanto el propulsor eléctrico como la batería.
La firma nipona quiere dar una vuelta de tuerca más a este concepto, y así lo ha confirmado recientemente cuando se ha hecho pública una nueva asociación con Toyota y Subaru para el desarrollo de sistemas híbridos de próximas generaciones.
La marca mostró físicamente un tren de propulsión conceptual en el que el generador de electricidad es una unidad del motor Wankel compuesta por dos rotores. La diferencia con el actual motor Wankel del MX-30 radica, además de encontrar un rotor por partida doble, en que aquí el propulsor va colocado longitudinalmente.
Ha comentado la marca en la presentación de este proyecto: "Esta unidad de concepto está equipada con dos motores rotativos montados longitudinalmente para la generación de potencia, lo que permite un mayor suministro de energía y la realización de bajas proporciones del centro de gravedad. La unidad también pretende mejorar las vibraciones y las emisiones aumentando la cilindrada. También se está considerando su uso en coches deportivos".
Aunque la marca no lo menciona directamente, colocarlo de esta manera también tiene sentido si en alguna de las iteraciones que se tienen potencialmente planeadas, se considera que el propulsor pueda mandar la potencia por sí mismo directamente al eje trasero. Estaríamos, por tanto e hipotéticamente, ante el primer deportivo de tracción trasera y motor rotativo de Mazda desde la desaparición del RX-8 de su gama.
Más allá de en cuanto a cómo o en qué tipo de coche pretende Mazda incluir este motor, lo cierto es que se trata de un proyecto difícil de justificar económicamente, incluso si Toyota y Subaru asumen parte del coste de desarrollar la parte eléctrica bajo una colaboración, pues el volumen de turismos que finalmente llevarán este tipo de motor bajo el capó será muy limitado.
De momento, además de esta noticia, la firma también ha hecho oficial que en el próximo Mazda CX-5 habrá un motor híbrido convencional desarrollado por ellos mismos. Con ello la marca podrá rivalizar contra la creciente oferta de modelos C-SUV que hay en Europa, como los exitosos Hyundai Tucson, Kia Sportage, Renault Austral o Toyota RAV4.