El Tesla Model S Performance, con sus 568 kW de potencia (762 CV) es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos, un dato que ya le permite compararse con los grandes superdeportivos de combustión de todo el mundo. Pero el fabricante lo ha llevado un poco más añadiéndole el Launch Control y el Modo Ludicrous Plus. El coche calienta la batería y los motores, y se coloca la posición Cheetah Stance para alcanzar su máximo rendimiento, logrando reducir la aceleración de 0 a 100 km/h a 2,3 segundos, por debajo de los 2,5 segundos que logra el Bugatti Chiron, el coche más rápido del mundo.
Todos los coches eléctricos tienen una característica común: la aceleración que ofrecen en los primeros metros. Esta particularidad es fruto de un par motor que se entrega desde cero, ya que un motor eléctrico es capaz de girar a su máxima velocidad sin necesidad de cambios de marchas intermedios. Sin embargo, un motor de combustión es una máquina muy ineficiente. La inmensa cantidad de piezas móviles que necesita para lograr que la energía que produce el combustible en los pistones acabe en las ruedas se traduce en un continuo desperdicio de energía que se transforma en calor por la fricción. En un coche eléctrico todo es mucho más sencillo. Su motor es capaz de ofrecer su máximo par sin necesitar cambiar la relación de transmisión. Todo él está disponible desde 0 revoluciones por minuto, es decir, el par motor es instantáneo.
La densidad de potencia de la batería
En el Model S Performance, la versión más potente que ofrece el fabricante californiano, la batería tiene una capacidad de 100 kWh que alimenta los dos motores eléctricos del coche. El primero, situado en el eje delantero de 193 kW (262 CV) de potencia que trabaja a 6.100 rpm y genera 330 Nm de par. El segundo se sitúa en el eje trasero y ofrece 375 kW (510 CV) girando a 5.900 rpm y generando 650 Nm. En total, juntos ofrecen 568 kW (762 CV) de potencia, que es similar a la que ofrece por ejemplo el Lamborghini Aventador SVJ.
Pero estos no son los parámetros más importantes que determinan que el Model S sea capaz de ofrecer aceleraciones de superdeportivo. El secreto está en la densidad de potencia de la batería, la cantidad de energía que puede manejar por unidad de volumen. Un dato que en los acumuladores de Tesla es un "secreto", pero que, a la vista de las comparativas de aceleración con otros coches eléctricos es, probablemente una de las más altas del mercado.
La tracción
Nada de esto sirve si el contacto con el suelo del coche no es lo más eficiente posible. Para maximizar la tracción entre los neumáticos y la carretera, Tesla incorpora tres características que se encuentran en coches de alto rendimiento, lo que permite al coche acelerar más eficientemente.
La primera es la tracción a las cuatro ruedas. Los dos motores eléctricos dirigen el par a las cuatro ruedas al mismo tiempo. La segunda es la vectorización del par. El software de Tesla mide cientos de veces por segundo "el agarre" de cada neumático a la carretera y ajusta el par motor delantero y trasero de forma independiente. Por último, Tesla utiliza unos neumáticos con un patrón de banda de rodamiento desarrollado específicamente para maximizar el contacto con el suelo.
Activación del modo Ludicrous en el Tesla Model S.
Ludicrous y Launch Control
Las características descritas hasta ahora permiten al Model S Performance acelerar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos, que es ya comparable con la de coches con un rendimiento espectacular como por ejemplo el Alfa Romeo Giulia o al Dodge Challenger Hellcat. Pero hay algo más que eleva su rendimiento y resta 1,4 segundos al tiempo de aceleración "convencional": el modo Ludicrous y el Launch Control.
El modo Ludicrous Plus prepara la batería para su máximo rendimiento calentándola hasta 50ºC, lo que permite añadir aproximadamente 46 CV más de potencia, según una prueba realizada recientemente por la web Dragtimes tras la última actualización del firmware. Por defecto, los coches de Tesla limitan la potencia cuando la temperatura aumenta en exceso, para permitir que los componentes se enfríen. En este modo los motores, el inversor de corriente y la transmisión pueden soportar temperaturas más altas durante un periodo de tiempo más largo, antes de que el coche limite la potencia, de manera que admite una conducción más exigente, similar a la de las carreras de resistencia intensa.
Además, el Launch Control maneja la suspensión neumática bajando la delantera para ponerse en la "posición de guepardo": el nuevo modo 'Cheetah Stance' reduce la altura del coche sólo en la parte delantera, manteniendo la presión en estos dos neumáticos, disminuyendo el cabeceo y repartiendo mejor la tracción entre ambos ejes. El eje también se precarga con una pequeña cantidad de torsión, como cuando se tensa la goma de una catapulta.
El resultado de la combinación de todos estos factores es que el Model S Performance es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 2,3 segundos, lo que lo convierte en el único coche del mundo con prestaciones de superdeportivo que, además, puede transportar en su interior muy cómodamente a una familia y a su equipaje.