La compañía china NIO lleva años asentándose en su mercado natal aunque aún le queda trabajo por hacer, ya que desde su cúpula han hecho públicos nuevos e importantes planes para el futuro próximo. En primer lugar, la marca incrementará su apuesta por la tecnología de intercambio de baterías entre coches eléctricos.
Para ello, la marca ya anunció la construcción de 120 estaciones en Europa durante todo 2023 y el levantamiento de 1.000 nuevos puestos de intercambio para este presente año en China. Con la suma de esta cifra se alcanzarían las 2.300 instalaciones antes del próximo 2024, superando así las expectativas iniciales de forma notable, ya que el pasado mes de diciembre aseguraron que instalarían un total de 400.
Este incermento significativo ha sido justificado por u propio presidente y fundador, William Li, para mejorar la experiencia del usuario que quiera hacer largos desplazamientos por China. Las nuevas 1.000 estaciones chinas estarán ubicadas en territorios urbanos (600 puestos) y en principales autopistas del país (400 estaciones). Por el momento, no se han anunciado nuevos planes para Europa, pero todo podría indicar que su apuesta se eleve en las próximas semanas, haciendo un movimiento similar al ejecutado en el país oriental.
Otro punto que aún no ha sido anunciado, pero del que sí se han hecho eco diversos medios internacionales, es que la corporación oriental planea la construcción de una nueva fábrica para coches eléctricos de bajo coste o económicos para ser directamente exportados al Viejo Continente a partir del próximo 2024. Esta noticia ha sido filtrada por tres personas anónimas cercanas a la dirección de la marca y publicado por Reuters.
NIO lleva meses planeando el desembarco masivo en Europa y, de hecho, ya ha inaugurado sus primeras estaciones de intercambio de baterías, así como sus propios concesionarios oficiales. La nueva planta de fabricación se construirá, según la información proporcionada, en la ciudad de Chuzhou, en la provincia de Anhui, al este de China. En este lugar se producirán coches eléctricos bajo el proyecto Firefly, del que ya pudimos hablar hace unos días, los cuales tendrán un tamaño pequeño o medio y serán producidos para su exportación a países como España o Italia, principalmente.
Los coches que en ella se fabricarán irán destinados, principalmente, a dos submarcas de coches eléctricos económicos, con unos precios que oscilarán alrededor de los 20.000 euros; una diferencia notable con respecto a los actuales que disponen de un coste de entre 50.000 y 90.000 euros, según modelo y mecánica escogida. En la actualidad, la compañía ya cuenta con dos plantas de ensamblaje de coches en la ciudad de Hefei, en la misma provincia de Anhui.
El mismo presidente ha asegurado que después de este incremento en la inversión para el mercado chino, posteriormente tienen la vista puesta en nuevos mercados internacionales y en la consiguiente capacidad de expansión de la firma.
