SEAT lleva unos años jugando al gato y al ratón dentro del Grupo Volkswagen, buscando un espacio complicado de encontrar entre tantas marcas que tienen mucho en común y que, con un mal paso en falso, pueden llegar a canibalizarse. Un horizonte que ha pasado desde dejar de ser un fabricante de coches para convertirse en una marca de servicios de movilidad, bajo la firma MÓ, pasando por que seguirá contando con vehículos de gasolina hasta, al menos, el año 2032 hasta que está preparando un coche eléctrico que debería partir de un precio no superior a los 20.000 euros y que llegaría como sustituto espiritual del mítico SEAT Mii Electric.
Sin embargo, los planes parece que se le tuercen a la empresa española. Según informa Cinco Días, SEAT ha dejado de operar en el sector de los coches y motos compartidos tras acumular pérdidas de 31,6 millones de euros en esta área de negocio, además de la depreciación de sus filiales dedicadas a este servicio.
El futuro de SEAT está en el coche eléctrico
En 2018, bajo la dirección de Luca de Meo, SEAT adquiría la empresa de coches compartidos Respiro. Poco más de un año después, ampliaba su participación en el sector añadiendo las motocicletas eléctricas, creando una nueva división interna llamada SEAT MÓ, sobre la que se centraba una parte importante de su futuro.
Aunque la movilidad compartida se perfila como el negocio del futuro, muchas compañías prefieren no asumir los desafíos que presenta en la actualidad. Este el caso de SEAT que ha decidido abandonar los negocios de coche y moto compartidos tras registrar pérdidas de 31,6 millones de euros y la devaluación de sus filiales dedicadas a este sector.
En la memoria de cuentas de XMoba, la empresa dedicada a estudiar desarrollos de movilidad creada por SEAT y perteneciente al Grupo Volkswagen, se menciona que la "evolución negativa del negocio presente y las previsiones futuras" han influido en esta decisión. Sin embargo, se indica que están evaluando otras estrategias, y que durante este ejercicio se centrarán en la venta de activos existentes, como sus motocicletas.
Ya en el mes de febrero se anticipaba esta decisión, cuando SEAT MÓ informaba a sus clientes de la cancelación de su servicio de motocicletas compartidas. Los altos costes operativos y la falta de rentabilidad desde su lanzamiento en 2020, con 632 motos que podían ser usadas mediante una suscripción mínima de 75 euros por semana, se perfilaban como la causa del abandono del servicio.
"Estamos tomando un respiro y concentrándonos en los desafíos actuales", afirma Wayne Griffiths, presidente de SEAT. Aunque esta decisión se ha tomado cuando la empresa ha alcanzado unos beneficios operativos récord, de 406 millones en el primer semestre de este año, "no podemos permitirnos perder dinero con este negocio", agregó. Solo en el último año, su filial Connected Mobility Services registró pérdidas de 10,8 millones de euros, a pesar de haber duplicado sus ingresos a 16 millones.