Tesla no solo es un fabricante innovador por desarrollar y fabricar coches eléctricos. Aprovechando que para ello parte prácticamente de cero, está desarrollando todo un marco tecnológico para hace que sus coches sean más fáciles de fabricar, más útiles a los usuarios y más baratos. La patente presentada hace unos días en la que se explica el funcionamiento de unos nuevos limpiaparabrisas electromagnéticos de aspecto futurista permitirá que desaparezcan de la vista cuando no llueve y sean muy eficientes cuando son necesarios.
Ya son varias las patentes presentadas como el chasis de unas sola pieza del Model Y, un sistema de seguridad para las baterías, para resolver el problema de los desajustes de los paneles de la carrocería, para automatizar la instalación del cableado e incluso para olvidar la necesidad de poner en marcha los intermitentes en los cambios de carril. Paralelamente cuenta, posiblemente, con el software más evolucionado para el control de todos los parámetros de sus vehículos, incluidas las actualizaciones y el sistema de ayuda a la conducción para las que ha presentado una gran cantidad de patentes destinadas a desarrollar la nueva computadora neuronal que ya se monta en todos sus coches.
Ahora es el turno de los limpiaparabrisas. El diseño aerodinámico de los parabrisas de los vehículos y la tendencia a las superficies acristaladas, cada vez mayores, obliga a que los sistemas de limpieza utilicen múltiples brazos para barrer toda su superficie, molestando la visión del conductor y en la mayoría de los casos, sin conseguir eliminar el agua de forma eficiente.
Los limpiaparabrisas actuales son mecánicamente complejos y poco eficiente y en muchos casos antiestéticos.
Para lograr hacer su función requieren excesivas partes mecánicas para maximizar la superficie que son capaces de abarcar. En casi todos los casos, esto obliga a situar dos brazos que además de sufrir importantes esfuerzos mecánicos, son poco resistentes y están constantemente sometidos a las inclemencias del tiempo. Sin contar con las dificultades para integrarlos en los diseños de los vehículos sin destrozarlo por completo. Por todas estas razones, su desgaste y sus averías con muy numerosas. Por si esto no fuera poco, Tesla asegura que los sistemas actuales son energéticamente muy poco eficientes, lo que perjudica más a los vehículos eléctricos, puesto que la fricción contra el cristal obliga a un consumo extra de la batería que reduce la autonomía del vehículo.
Tesla ha ideado unos nuevos limpiaparabrisas que tan solo emplearán un brazo cuya forma coincidirá exactamente con la del parabrisas y cuyo funcionamiento será posible gracias a un sistema electromagnético situado debajo del capó. Este incluye un actuador lineal, un carril guía y el sistema de imanes que lo hace funcionar. El riel incluye varios imanes permanentes situados de forma horizontal a lo largo de la curvatura del parabrisas. El brazo móvil cuenta con varias perforaciones rodeadas cada una de ellas por una bobina electromagnética que empuja el agua. El circuito de control se encarga de mover el brazo mediante la activación de los imanes. El movimiento que realiza no es curvo sino lineal y puede controlarse para limpiar una región definida de forma exacta, cubriendo el cien por cien de la superficie. El movimiento provoca una fricción mínima con el cristal, aumentando la eficiencia. Además, cuando no es necesario, todo el sistema puede esconderse debajo del capó aumentando su tiempo de vida.
Algunos de las especificaciones de la patente de Tesla para limpiaparabrisas electromagnéticos.
El limpiaparabrisas se activará mediante un sistema de detección de lluvia y nieve basado en redes neuronales, que ya está implementado en sus vehículos con piloto automático de segunda generación.
El diseño de la patente ha sido realizado por Maithreya Kedambadi y Gonzalo Espinoza Graham, ingenieros mecánicos de Tesla, que, a través de la red Linkedin han anunciado que estaban "diseñando, desarrollando y validando sistemas electromecánicos exteriores". Otro ingeniero de Tesla, Nicolas Clift, responsable de los sistemas de limpiaparabrisas y ventanas de Tesla, también figura como inventor de la patente.
Graham afirma que, específicamente, el desarrollo iba dirigido al Model S, al Model X y al Model 3, aunque, en realidad, las empresas no siempre llevan a producción en serie las tecnologías que patentan, por lo que no se sabe si acabará en sus vehículos o si, incluso, podría incorporarse a los modelos de otros fabricantes.