Sobre el papel, los coches híbridos enchufables pueden ofrecer lo mejor de ambos mundos: el eléctrico y el de combustión. Pueden circular entre 40 y 100 kilómetros en modo totalmente eléctrico, con las ventajas que ello conlleva, pero la realidad parece ser muy diferente.
Con híbridos enchufables que superan ya los 130 kilómetros de autonomía eléctrica en homologación, existen modelos que pueden hacer 100 kilómetros en modo eléctrico en condiciones reales. Para ello necesitan baterías bastante grandes, con más de 20 kWh de capacidad. Incluso con menos autonomía eléctrica, es suficiente para cubrir todos los desplazamientos diarios de la mayoría de usuarios.
Pero hay un problema: la mayoría de los propietarios de un híbrido enchufable no enchufan sus coches. Así se recoge de los datos recogidos por la empresa de telemática y gestión de flotas Geotab, a los que ha tenido acceso Electric Autonomy Canada.
Geotag analizó un total de 1.776 coches híbridos enchufables, pertenecientes a distintos operadores de flotas de Norteamérica. Según los datos analizados, el 86% de sus necesidades energéticas se cubrían con gasolina. El estudio revela que, de media, los híbridos enchufables analizados consumieron 6,1 litros de combustible cada 100 kilómetros.
Eso es sólo un poco más bajo que el consumo de combustible promedio de los coches de gasolina, que consumieron 7,1 litros cada 100 kilómetros. Dicho de otra manera: el potencial ahorro de los híbridos enchufables, tanto en consumo como en emisiones, en la realidad se reduce bastante.
Otros estudios también descubrieron emisiones mucho más altas
Los hallazgos de Geotab son similares a los de otros estudios sobre este mismo tema. La Dirección General de Acción por el Clima de la Comisión Europea publicó a principios de este año que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los híbridos enchufables eran 3,5 veces mayores en el mundo real que las cifras homologadas. Teniendo en cuenta los datos de los híbridos enchufables matriculados nuevos en 2021, las emisiones medias de CO2 fueron de 39,6 gramos por kilómetro. En condiciones reales, emitían 139,5 gramos de CO2 por kilómetro.
La Comisión Europea dijo en ese momento que "la gran discrepancia encontrada para estos vehículos entre los valores del mundo real y los del [ciclo] WLTP muestra que se recargan y se conducen en modo eléctrico mucho menos de lo que se esperaba", por lo que las suposiciones utilizadas para calcular el consumo en ciclo WLTP "no se sostienen en condiciones del mundo real".
El Consejo Internacional del Transporte Limpio hizo hallazgos similares en Estados Unidos. Según su estudio, el consumo de combustible de los híbridos enchufables en el mundo real era entre un 42 y un 67% más alto que los datos homologados en el ciclo EPA.
Una lanza a su favor: son beneficiosos si se usan bien
A su favor hay que decir que, cuando se usan correctamente y se recargan con electricidad habitualmente, los híbridos enchufables cumplen. De hecho, la gran mayoría de usuarios podría cubrir todos sus trayectos diarios en modo completamente eléctrico, con el consecuente ahorro en combustible y, por supuesto, en emisiones contaminantes.
En este sentido, Geotag descubrió que el cuartil superior de flotas de híbridos enchufables donde los conductores los recargaban regularmente eran un 50% más eficientes en el consumo de combustible que los coches de gasolina. Es importante hacer una labor de educación en los usuarios para concienciar sobre el uso correcto de estos vehículos.
Si este aspecto es importante en los clientes particulares, cobra todavía más importancia en las flotas, pues supone optimizar el gasto o, por el contrario tirar dinero por la borda. Los híbridos enchufables suelen ser más caros que sus equivalentes de gasolina o diésel; si se utiliza al máximo la parte eléctrica, se ahorra dinero en combustible. Si sólo se utilizan en modo híbrido con la batería descargada, se estará gastando más dinero en la compra y, además, eliminando el factor ahorro.
Sin embargo, el informe de Geotab lo deja claro: si los operadores de flotas quieren tomarse en serio la reducción de emisiones, los vehículos totalmente eléctricos son la mejor solución. Según el Centro de Datos de Combustibles Alternativos, la distancia media diaria que recorre una furgoneta o camión pequeño de reparto es de sólo 109 kilómetros (en Estados Unidos), fácilmente alcanzable por casi todas las furgonetas eléctricas actuales.