Polestar, la marca sueca de coches eléctricos constituida como tal en 2017 y participada por el Grupo Geely, accionista asimismo de Volvo; atraviesa un momento delicado. Pese al lanzamiento del Polestar 3 y del Polestar 4 -lee aquí nuestra prueba-, en 2024 vendió un total de 44.851 coches eléctricos en todo el mundo, lo que supone un 15% menos de unidades que en 2023. Y, para más inri, acaba de lograr un crédito de 450 millones de euros que se une a la renovación de uno de 480 millones de euros previamente concedido.
Sin embargo, desde Polestar confían en aumentar sus ventas “entre un 30 y un 35% entre 2024 y 2027”, según ha declarado su CEO Michael Lohscheller y recoge Autonews; aunque para ello tendrán que renunciar a una de sus señas de identidad y recurrir a la ayuda de Volvo.
Cómo ayudará Volvo a Polestar
“Nuestros objetivos no se pueden alcanzar sólo con las ventas on-line de nuestros automóviles”, señaló Lohscheller, y, por eso, Polestar renunciará a las ventas únicamente vía Internet a partir del próximo 1 de marzo.
Hasta el momento, Polestar basaba la comercialización de sus Polestar Spaces, locales donde los clientes podían ver los vehículos e incluso configurarlos, pero luego tenían que pedirlos on-line.
Ahora, y con este movimiento, que Lohscheller define como una “vuelta a las raíces”, Polestar pasará a vender físicamente sus vehículos, no sólo en sus Polestar Spaces, sino también a través de la red de concesionarios de Volvo.
Lohscheller, que fue designado como nuevo CEO de Polestar el pasado mes de octubre, ya había anunciado, tras lograr la marca ventas por debajo de lo esperado, una revisión en su estrategia de distribución.
Y esta revisión, la de comercializar sus vehículos a través de los concesionarios de Volvo -una marca mucho más asentada en el mercado-, supondrá un inmediato aumento en los centros de distribución de Polestar, que pasarán de 70 a 130 en Europa -de 9 a 17 sólo en Alemania- y de 36 a 57 en Norteamérica, uno de sus principales mercados.
Se trata de una decisión lógica y que debería ayudar a aumentar las ventas de la marca sueca de coches eléctricos; no en vano la arquitectura de algunos de sus vehículos se basa en la de modelos de Volvo y, asimismo, los Polestar son reparados en servicios oficiales de Volvo.