Entre todos los componentes mecánicos, químicos y electrónicos de un coche, cada vez más sofisticados y numerosos, existen muchos que pasan en muchos casos desapercibidos. Algunos, invisibles para el usuario, tendrán un importante papel en el futuro del automóvil, pero otros tan visibles como la pintura no parecen tener tanta importancia. La empresa PPG está desarrollando una serie de pinturas que sirve para adherir los componentes químicos de las celdas de las baterías y otro para recubrirlas y protegerlas en caso de incendio. También desarrolla pinturas especiales para facilitar al sistema LIDAR detectar vehículos de color negro.
PPG Industries es un gigante industrial y uno de los mayores fabricantes de pinturas y recubrimientos del mundo, lo que incluye las que se utilizan en la carrocería de los automóviles. Con la automatización de la conducción y los objetivos de cero accidentes, PPG prevé un mercado en disminución para los productos que se utilizan para la reparación de automóviles, lo que le ha llevado a invertir la investigación y desarrollo para nuevos usos de estos recubrimientos y está trabajando en darle una mayor utilidad a este componente.
Un buen ejemplo son los recubrimientos que, además de estéticos y protectores, son funcionales. Así, por ejemplo, son utilizados para hacer que las baterías sean más pequeñas, más seguras y más sostenibles, o ayudan a los sensores LIDAR a detectar automóviles oscuros en situaciones de poca visibilidad (en lo que tienen muchas dificultades) y permitir también que todos los sensores funcionen satisfactoriamente en climas húmedos y turbios.
Componentes de la batería
Entre los desarrollos más interesantes, dos de ellos están destinados a mejorar los aglutinantes químicos utilizados en la fabricación de electrodos de las celdas de las baterías de iones de litio. El aglutinante utilizado para adherir los distintos elementos de los cátodos contiene un disolvente tóxico llamado N-metil 2-pirrolidona. Según las regulaciones europeas, por su toxicidad, este material debe ir eliminándose gradualmente. PPG ha desarrollado un sustituto no tóxico, sostenible y viable comercialmente, ya que el área que necesita recubrimiento en una batería es 10 veces mayor que el área pintada de la carrocería de un automóvil.
Actualmente, las baterías están protegidas y recubiertas con un material que actúa como una manta, grueso e incombustible, pero que aumenta su volumen. El segundo material es un revestimiento ignífugo "inteligente" que lo reemplazará y que puede ser aplicado tanto en el interior o el exterior de la carcasa de batería como si fuera una pintura.
La aceleración térmica causada, en caso de avería de los sistemas de seguridad, por la reacciones químicas en el interior de las baterías o por una causa externa como un accidente, puede provocar un incendio en su interior. En esta situación, este recubrimiento se expande como una esponja hasta 50 veces su volumen, formando una capa aislante que les da a los ocupantes más tiempo para abandonar el coche.
Los sensores LIDAR
Los sensores LIDAR (Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging) determinan la distancia respecto a otro objeto midiendo el tiempo de retraso entre la emisión de un láser pulsado y la recepción de esa misma señal reflejada en él. Una de las mayores dificultades de estos dispositivos es la detección de la pintura negra o casi negra puesto que el reflejo de la luz láser es muy escaso especialmente en condiciones de poca visibilidad. Alrededor del 20% de los automóviles del mundo son de color negro, lo que será un problema si finalmente esta tecnología se convierte en parte fundamental de los sistemas de conducción autónoma.
La luz láser se clasifica dentro del espectro infrarrojo cercano con la longitud de onda más corta, situada entre la luz visible y el infrarrojo medio. PPG está desarrollando un recubrimiento transparente para esta longitud de onda. En términos coloquiales, esto significa que el color negro base de la carrocería de un automóvil permitirá que la luz del láser pase y se refleje sobre una imprimación especial que se encuentra debajo. El resultado es que el LIDAR puede ver a través del color negro hasta la superficie reflectante subyacente, pero, a simple vista, el vehículo continúa siendo negro.