En primera instancia, los llamados combustibles sintéticos se presentan como la clara alternativa a los vehículos eléctricos una vez traspasada la barrera del año 2035. Marcas como Audi o Porsche se encuentran desarrollando su propio elemento, y otras muchas esperan alinearse en esta dirección en cuanto la Unión Europea dé el visto bueno a su empleo como combustible sostenible. Sin embargo, un análisis realizado por la asociación Transport & Environment especifica que afirmativamente los combustibles sintéticos podrán ser una alternativa, pero sólo para unos pocos ya que no habrá suficiente para cubrir la demanda.
Este estudio ha sido publicado después de conocer los datos de producción emitidos por varias compañías especializadas en este campo, las cuales confirman una producción "increíblemente baja" a largo plazo. El informe incluye a los dos tipos de productores de este combustible: los que expulsan CO2 en su fabricación y los sostenibles (los cuales se presentan como los realmente viables en un futuro). Sin embargo, ni la suma de ambos podrían dotar al mercado de una alternativa real a los vehículos eléctricos, lo que culmina dando la razón a los fabricantes actuales centrados en el desarrollo de una gama enteramente eléctrica.
Según los cálculos aportados por Transport & Environment, tan sólo el 2 por ciento de los vehículos que circulen por Europa en 2035 funcionarán con combustibles sintéticos, por lo que sólo un pequeño grupo de propietarios podrá probar los atributos de esta alternativa.
Sin embargo, el propio estudio presenta un pequeño margen de duda a estos datos, ya que para que estos pronósticos se cumplan deben pasar aún 13 años, por lo que la situación actual puede cambiar drásticamente. Pero incluso aumentando notablemente su producción, los cálculos hablan de que no podrían satisfacer la demanda real.
El estudio se ha centrado en los fabricantes de combustibles sintéticos ubicados en Europa, puesto que afirman que llevar la producción de este producto en regiones fuera de la UE conllevaría importantes gastos económicos de transporte, así como un elevado nivel de emisiones de CO2 incompatible con los planes de descarbonización de las empresas asentadas en el viejo continente.
Los pronósticos estiman que para 2035 en Europa circularán alrededor de 287 millones de vehículos. De este total, apenas 5 millones de coches estarán movidos por combustibles sintéticos. Ello presenta más de 282 millones de vehículos repartidos entre modelos eléctricos, híbridos y térmicos, dejando así en una clara minoría los movidos por estos nuevos combustibles.
El analista de movilidad eléctrica de Transport & Environment, Yoann Gimbert, afirma que la llegada de los combustibles sintéticos supondrá un "caballo de Troya para la industria de los combustibles fósiles tradicionales". Él mismo aboga por un uso de este tipo de combustible en sectores más complicados para acoger la electrificación, como el de la aviación o el naval, ya que los coches eléctricos se muestran como una alternativa real a día de hoy.
No obstante, actualmente son varias las marcas automovilísticas que se muestran interesadas en este tipo de mecánicas por combustibles sintéticos, como Lamborghini o Gordon Murray; compañías con un histórico de ventas de bajo volumen, por lo que no habría motivos a esperar un elevado protagonismo de esta alternativa. Sin embargo, cada vez son más las que esperan poder hacer lo propio sobre modelos más generalistas, como Volkswagen o Audi. En unos años se podrá comprobar la posible expansión de estos combustibles o, contrariamente, su producción para un pequeño nicho de modelos.