Polestar es un fabricante de nueva factura que ha llegado a la industria del automóvil para marcar sus propias reglas. Siendo sus orígenes Volvo como lo sería AMG de Mercedes-Benz, la firma propiedad del grupo Geely nace para ser un referente en materia de electrificación. Tras la llegada de prototipos y algún que otro modelo de producción, los verdaderos protagonistas de la firma serán los Polestar 3, 4 y 5. Estos dos últimos destacan, sobre todo, por ofrecer una tecnología un tanto curiosa.
Los modelos 4 y 5 no disponen de una ventanilla trasera, lo cual llama particularmente la atención a nivel estético. Mientras que hay voces que apuntan a un elemento puramente relacionado con la imagen, hay otras que afirman que hay motivos técnicos. Ahora, tras unas declaraciones efectuadas por Graeme Lambert, líder de relaciones públicas de diseño y tecnología de Polestar Global, se sabe que hay parte de ingeniería en el resultado.
Polestar seguirá confiando en evitar la ventanilla trasera en sus automóviles
Una de las cuestiones que más debate genera en relación al coche eléctrico es su implicación en el diseño de los automóviles. La tecnología eléctrica no requiere de parrillas o entradas de aire y similares, por lo que el departamento de diseño tiene más juego ahora. En relación con Polestar, los modelos 4 y 5 disfrutan de una caída del techo que no culmina con la presencia de una ventanilla trasera. El motivo atañe a cuestiones de diseño y, adicionalmente, a la propia filosofía estructural del vehículo.
De acuerdo con el señor Lambert, la disposición de esta forma tiene un componente relacionado con la conducción. Además de conferir una gran personalidad a la estructura, este sistema otorga una mayor estabilidad en la conducción, ya que se incluye un mayor refuerzo en los pilares laterales. En términos de diseño, la caída trasera del techo permite acentuar la deportividad de modelos que buscan ser más bajos y con un corte más deportivo. El resultado, a tenor por las presentaciones efectuadas, no hace más que enfatizar este resultado.
Tras la apuesta de este sistema, se obtiene una configuración que es capaz de canalizar mejor el aire. Esto tiene una implicación directa en el consumo energético y, por tanto, en la autonomía disponible. Este peculiar estilo de carrocería rompe por completo con la moda que viene imponiéndose en el segmento eléctrico. Este movimiento podría situarse como alternativa a los convencionales coches eléctricos tipo SUV.
Curiosamente, esta decisión no ha penalizado a los ocupantes de las plazas traseras. Este tipo de automóviles, debido a su configuración, suele comprometer la altura de la segunda fila de asientos, pero, a tenor por las imágenes difundidas de estos modelos, no parece que esto vaya a ocurrir. Sea como fuere, se espera que más fabricantes adopten este tipo de carrocería en los próximos años a medida que se consigue reducir el grueso de los conjuntos de baterías sobre el chasis.