El pasado día 22 de junio, el ministro de Comercio de China, Wang Wentao, y Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, mantuvieron una videoconferencia en la que hablaron sobre la llamada ‘guerra comercial’ entre ambas regiones. El tema principal del encuentro fue ese, pero también la mejor forma para solucionar esta particular batalla en la que se encuentran desde el pasado 12 de junio.
A finales del pasado 2023, recordemos, la Unión Europea inició una investigación a las compañías de vehículos eléctricos chinos por posible financiación irregular del gobierno del país. Esto haría que las compañías pudiesen vender sus modelos a un precio más bajo del de mercado sin preocuparse por, en parte, por su rentabilidad.
De dicha investigación han llegado los conocidos aranceles europeos. Las marcas que han colaborado con la investigación y han demostrado no tener ningún tipo de sustento gubernamental como el mencionado, se les impone un 17,4% de impuestos (como BYD). Por otro lado, las que no han colaborado en ello (como SAIC) obtienen un 38,1% de intereses. Desde China ya quieren acabar con esto cuanto antes.
Una videoconferencia en la que ‘hacer las paces’
Durante su encuentro, ambas partes acordaron iniciar diferentes colaboraciones sobre este particular caso de investigación de la Unión Europea. No obstante, si estas conversaciones no tuviesen efecto o no fuesen suficientemente eficaces, los aranceles serán una realidad a partir del 4 de julio. Sin embargo, desde las autoridades orientales esperan que este impuesto sea eliminado incluso antes de ser oficialmente una realidad.
Desde China han afirmado en las últimas semanas que los aranceles impuestos por Europa son “excesivos e injustos”, lo que ha provocado, a su vez, que China mire al mercado porcino como contraataque. Pero desde el país oriental no quieren un nuevo frente abierto en cuanto a la llamada ‘guerra comercial’, la cual ya está en marcha con Estados Unidos después de que implantaran el 100% de aranceles desde el gobierno regentado por Joe Biden.
Desde el medio Automotive News Europe apuntan a que la colaboración que existirá entre ambos países en las próximas semanas será todo un hecho destacable, ya que ninguna de las partes quiere continuar con esta particular ‘guerra comercial’.
Pese a ello, Zhang Yansheng, investigador jefe del Centro de China para la Economía Internacional, admitió hace poco que su intución es la de que estos aranceles no sólo afectan a China por los incentivos del estado a sus marcas automovilísticas, sino que tiene otros derivados: “Cuando la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, anunció que investigaría los nuevos vehículos de China, tuve la sensación intuitiva de que no se trataba sólo de una cuestión económica, sino también geopolítica”.
Por ahora no se conocen más detalles sobre este posible acuerdo comercial entre la Unión Europea y China, pero en los próximos días deberían ser desveladas todas las novedades al respecto o si, incluso, se retrasa la fecha de imposición de los aranceles a los coches eléctricos chinos.
Sea como fuere, a día de hoy los directivos de las principales compañías automovilísticas europeas se oponen a la imposición de estos aranceles a China, argumentando que estos dañan los diferentes acuerdos de libre comercio alcanzados hasta ahora. También que estos impuestos son un dardo envenenado a la propia industria europea que fabrica algunos vehículos eléctricos en China.