Parece claro que la discusión sobre el futuro del automóvil ha tomado una dirección: la electrificación. Sin embargo, ahora queda por descubrir qué tipo de electrificación es la mejor poniendo todas las variables sobre la mesa: reducción de emisiones, coste de producción, facilidad de obtención de la energía, autonomía, tiempo de recarga... Mientras que fabricantes como Honda creen que los híbridos son mejor solución que los coches eléctricos, otros como BMW apuestan por el hidrógeno.
Tanto es así, que el fabricante alemán está decidido a apostar por la pila de combustible y la última prueba de ello son unas declaraciones al Telegraph, el Vicepresidente de BMW para Tecnologías de Hidrógeno y Pila de combustible, Dr. Jürgen Guldner: «Vemos la pila de combustible ayudándonos a tener todos nuestros coches con cero emisiones en las próximas dos décadas».
Efectivamente, como ocurre con los coches eléctricos de baterías, los vehículos con pila de combustible tampoco emiten emisiones contaminantes. De hecho, los coches con pila de combustible obtienen la electricidad alimentándose de hidrógeno y sus emisiones son vapor de agua. Gracias a este sistema, no necesitan grandes baterías para almacenar la energía (basta con una pequeña para acumular, por ejemplo, la energía recuperada en las frenadas).
Las declaraciones de Guldner son sin duda determinantes, ya que hace referencia a que todos los coches de BMW acabarán usando tecnologías de hidrógeno. El directivo alemán va más allá y se atreve a hablar de los plazos en que los coches de hidrógeno podrían igualar su precio con uno equivalente de gasolina: «como muy pronto, 2025», a lo que añade: «si miras los planes que Japón, Corea y otros han publicado, todos ellos sugieren una ventana de oportunidad entre 2025 y 2030 para igualar el coste [de la pila de combustible] con la tecnología convencional».
Actualmente, el precio de este tipo de coches es uno de sus mayores inconvenientes junto a la escasa (casi inexistente) infraestructura de recarga. Aunque BMW asegure que el coste está bajando y que para 2025 se podría llegar a un punto en el que se equipare a los de gasolina, lo cierto es que fabricar un coche de hidrógeno sigue siendo caro. Como consecuencia, el precio de adquisición para el cliente es elevadísimo. Actualmente hay dos modelos de hidrógeno en el mercado: uno es el Hyundai Nexo, que cuesta 72.250 euros. El otro es el Toyota Mirai, cuyo precio es de 80.300 euros.
