A día de hoy resulta muy difícil, por no decir que imposible, emprender la guerra comercial sin la ayuda de un gran grupo automovilístico. La competitividad de los mercados ha hecho que muchos fabricantes se asocien con el único fin de abaratar los costes de desarrollo y producción. Sin embargo, Fisker ha logrado el éxito sin contar con ese importante soporte. La compañía de Henrik Fisker ha suscitado el interés de muchos usuarios en todo el mundo con su nuevo producto, el Ocean. A pesar de que las ventas avanzan, las cifras no terminan de encajar y, desde el seno de la empresa, advierten de que en 12 meses la situación podría ser crítica.
La carrera de Fisker no es actual, la compañía lleva años trabajando para hacerse un hueco y un nombre. Gracias a ese trabajo, la startup ha podido llevar al Ocean de la fase de diseño a la de producción. Hace ya casi un año que comenzaron las primeras entregas, primero en Europa y posteriormente en el resto del mundo, principalmente en Estados Unidos. Para esa gran aventura, ha firmado acuerdos de colaboración con otras empresas de reconocido prestigio, como Magna Steyr, encargada de producir el Ocean en sus instalaciones de Austria. Pero todo eso no le ha librado de los problemas.
12 meses de estrés buscando uno o varios socios con los que expandir la familia
Durante la última revisión financiera, la compañía ha sido muy transparente sobre la situación económica. El plan es buscar más financiación a la par que se reducen los costes de producción. La empresa planea despedir a un 15% de su plantilla en todo el mundo.
El paso más importante es buscar más colaboración con un gran grupo automovilístico que pueda dar soporte económico además de un importante apoyo industrial. La situación actual es difícil, pero no extremadamente grave. A pesar de ello, si no se firma ese acuerdo, Fisker corre el riesgo de quedarse sin liquidez en los próximos 12 meses, lo que llevaría a la empresa a una situación de quiebra técnica.
Tal y como ha informado la propia empresa, "en la medida en que los recursos actuales de Fisker sean insuficientes para satisfacer sus necesidades durante los próximos 12 meses, la compañía necesitará buscar financiación adicional de capital o deuda, y no puede haber seguridad de que Fisker tenga éxito en estos esfuerzos".
Y han añadido: "Si la financiación no está disponible o si las condiciones de financiación son menos deseables de lo que Fisker espera, la empresa puede verse obligada a disminuir su nivel de inversión en desarrollo de productos, reducir sus operaciones, incluidas mayores reducciones de plantilla, y recortar la producción del Fisker Ocean , lo que podría tener un impacto adverso en las perspectivas comerciales y financieras de la compañía".
Tras el anuncio público las acciones de la compañía han caído un 36%.
Actualmente, Fisker tiene planeado el lanzamiento de dos nuevos modelos. El Fisker PEAR podría revolucionar el mercado si finalmente se concretan sus atractivos datos previos. Pero el propio Henrik Fisker, por su parte, ha dejado claro que la prioridad es sacar a la venta su primera pick-up, el Fisker Alaska, aunque, para que eso ocurra, es necesaria la colaboración/asociación con una gran empresa que sirva de soporte. La compañía no se plantea futuros desarrollos hasta que esos acuerdos no se materialicen.
Ya hay contactos, aunque las negociaciones avanzan a un ritmo más lento de lo esperado. Para este año, Fisker espera poder entregar entre 20.000 y 22.000 unidades del Ocean en todo el mundo. Volúmenes sensatos que sólo podremos valorar a finales del curso.