El fabricante de maquinaria la americano John Deere no solo apuesta por un futuro electrificado en el sector de la agricultura, sino que también está desarrollando maquinaria eléctrica para la construcción. Esta estrategia arranca con la retroexcavadora eléctrica E-Power, que todavía se encuentra en una etapa temprana de desarrollo. El objetivo es que su rendimiento iguale al de uno de sus modelos comerciales movido por diésel, la John Deere 310L, y para ello está prevista una fase de pruebas reales en Estados Unidos de la mano de la empresa National Grid.
El fabricante, que ya ha presentado en público maquinaria agrícola eléctrica y también autónoma quiere promover también la movilidad eléctrica en el sector de la construcción, donde sus cualidades pueden ser muy beneficiosas. La mecánica eléctrica puede igualar en potencia y rendimiento al diésel y ofrece ventajas en cuanto a la reducción de los costes operativos y la fiabilidad, además de ofrecer unas mejores condiciones de trabajo gracias a la reducción del ruido y la contaminación.
La retroexcavadora, todavía en fase de vehículo conceptual se denomina por ahora E-Power, y en su desarrollo tiene como objetivo alcanzar el rendimiento de la John Deere 310L, una máquina que pesa 6,65 toneladas y cuyo motor diésel de 4,5 litros de cilindrada genera 100 CV (75 kW). Además de ofrecer tracción total en las cuatro ruedas, el sistema tiene que ser capaz de alimentar todos los equipos auxiliares y los sistemas hidráulicos que mueven tanto la pala delantera de carga como el cucharón trasero retroexcavador.
El fabricante no ha proporcionado los datos de rendimiento que ha logrado hasta ahora aludiendo a que se trata por ahora de una fase inicial del proyecto. Sin embargo, sí destaca los beneficios generales de una máquina de construcción eléctrica. Proporcionará costes de operación diarios sustancialmente más bajos que el modelo diésel con el que se compara, además de unas condiciones de trabajo más saludables, gracias a la reducción del ruido en las zonas de trabajo sus cero emisiones y a su mayor fiabilidad.
Alcanzar el rendimiento de la retroexcavadora diésel John Deere 310L es el objetivo de este proyecto de electrificación.
Jason Daly, director global de sistemas de fabricación, tecnología y marketing de John Deere ha afirmado que este proyecto "es otro trampolín en nuestro viaje hacia la innovación en el sector de las retroexcavadoras, con la intención de llevar a cabo pruebas posteriores de electrificación y refinamiento del diseño". Está previsto arrancar una fase de pruebas reales en colaboración con la empresa estadounidense National Grid, que presta sus servicios en los estados de Nueva York, Massachusetts y Rhode Island. El programa tiene como objetivo que esta empresa confirme la viabilidad del estas primeras unidades conceptuales, y mejore el diseño de los prototipos para aplicar su respuesta al modelo definitivo de producción.
El desarrollo de esta máquina agrícola es fruto de un proyecto de investigación denominado GriCON, en el que interviene un consorcio en el que, además de John Deere, participan la consultora alemana BAUM Consult y la Universidad Técnica de Kaiserslautern, también alemana.