Los viajes por carretera en coche eléctrico son uno de los motivos por los que, normalmente, más rápido descarta el público la compra de este tipo de vehículos cuando se encuentran en el proceso de valoración. Sin embargo, cada vez son más los modelos que gracias a un precio 'más bajo', un consumo más contenido y baterías de mayor capacidad, son capaces de hacer largos viajes por carretera sin efectuar más paradas que las necesarias para descansar con un térmico convencional.
Este verano en Híbridos y Eléctricos hemos podido poner a prueba de manera muy profunda a uno de los coches eléctricos más relevantes y recomendables del momento por su relación entre precio y autonomía: el Renault Scenic. Se trata de un modelo que por su precio en la versión de mayor batería, que tiene 87 kWh de capacidad y cuesta unos 45.000 euros, es el coche eléctrico con más de 600 kilómetros de autonomía homologada que menos cuesta en España, a falta de saber cuánto costará el Kia EV3 en nuestro país.
En las próximas semanas publicaremos un artículo con nuestras impresiones detalladas sobre él, pero para adelantarnos a ello hemos querido lanzar antes dos artículos relativos a su comportamiento en dos tipos de circunstancias críticas: en uso urbano diario intentando lograr el más bajo de los consumos posibles en circunstancias de uso real, que puedes leer aquí, y este mismo en el que queremos detallar cómo fue un viaje de 520 kilómetros de distancia en el que los puntos de carga no están posicionados de manera idónea.
Y es que, el viaje por carretera necesario para unir en coche las ciudades de Madrid y Málaga tiene una orografía que cuando se viaja de la capital a la ciudad sureña favorece en gran medida que cualquier tipo de coche logre un bajo consumo, y para quien viaje en coche eléctrico, además, la mayoría de cargadores están apostados en ubicaciones perfectas.
Por contra, a la hora de dar comienzo al viaje de vuelta, la mayor parte de las subidas se concentran en los primeros 200 kilómetros del trayecto (básicamente hasta la altura del Parque Natural de Despeñaperros) y no es hasta Valdepeñas (unos 40 kilómetros después) donde encontramos puntos de recarga de alta potencia para 'rellenar' la batería y con ello tener carga suficiente para alcanzaa la capital de manera desahogada.
Esto obliga prácticamente a todos los conductores a tener que efectuar una recarga antes de cruzar Despeñaperros, en Bailén, que no está lo suficientemente cerca de Madrid como para despreocuparse de la batería hasta llegar a destino, o al menos es así con un coche eléctrico de batería contenida.
Fue precisamente en este punto donde paré a efectuar una de las dos recargas que tenía pensadas efectuar en mi camino hacia Madrid. Usé el Supercharger que Tesla tiene en este emplazamiento que, como siempre en el caso de la red de carga del fabricante norteamericano, funcionó de manera perfecta. Llegué aproximadamente con un 30 % de batería a este sitio, aprovechando para desayunar en el restaurante de la gasolinara aledaña que, a decir verdad, no es el más recomendable de entre todos los que hay entre Madrid y Málaga (es lo que tiene estar condicionado a parar sólo donde haya cargadores).
Tras mi pausa y con un 91 % de batería, el ordenador de abordo del Scenic y su calculador de rutas me decían que llegaría a la central de la división española de Renault en Alcobendas con un 0 % de batería, por lo que estaba obligado, teóricamente, a efectuar una segunda parada a mitad de camino.
Aun así decidí eliminar todas las paradas recomendadas de la ruta para ver si, con el control de velocidad establecido en los 120 kilómetros por hora la mayor parte de los casi 300 kilómetros que me faltaban por completar, el Scenic sería capaz de llegar a destino de manera holgada. Y es que, como hasta ese punto la mayoría del recorrido había sido con pendiente negativa, el ordenador de rutas parecía no estar teniendo en cuenta que desde ese punto en adelante el consumo iba a ser mucho más bajo que anteriormente, o al menos no lo estaba teniendo en cuenta de menera correcta, ya que en teoría el planificador de rutas de Google Automotive sí que tiene en cuenta la orografía del terreno cuando planifica viajes y rutas a través de su sistema de navegación.
Tal y como calculó un servidor, el ordenador de abordo estuvo calculando una llegada con un 0 % de carga hasta los últimos kilómetros de la comunidad andaluza, justo donde acaba el Parque Natural de Despeñaperros. Desde ahí, paulatinamente, fue elevándose el porcentaje hasta alcanzar Alcobendas con nada menos que un 24 % de carga restante en la batería.
El consumo medio al cabo del viaje fue, finalmente, de 21,5 kWh, que contrasta con los 18,5 kWh logrados en el trayecto de ida hacia Málaga semanas atrás. La media entre ambos viajes, por tanto, es de 19,5 kWh cada 100 kilómetros, un buen dato que lo sitúa en una mejor posición que su competencia más directa, pero de nuevo a una distancia significativa de las referencia en este apartado: Tesla.
Aunque la firma de Elon Musk no tiene aún un rival directamente comparable al Scenic, este mismo viaje en un Tesla Model 3 Gran autonomía, en pleno enero (con temperaturas que no favorecen consumos bajos), nos dejó cifras mejores que las del francés, con un consumo medio final de 16,9 kWh en el camino de Madrid a Málaga y un 18,9 % a la vuelta, arrojando una media de 17,8 kWh a los 100.