Hace unos días, el CEO de Ford, Jim Farley, decía en una entrevista que la marca tiene que ir volviendo (y en cierto modo) a sus orígenes, en busca de hacer de los coches más divertidos el negociado principal, y no dejarlos apartados en un segundo plano. Incluso aseguraba que la dirección había tomado una línea de modelos "aburridos", algo que llevan tiempo trabajando para cambiar.
Y el nuevo Ford Explorer eléctrico, que nace por y para Europa, es una de las propuestas con las que el fabricante norteamericano busca una reorientación en el camino. De hecho es el primer 100% eléctrico 'de volumen' que han lanzado, y en Híbridos y Eléctricos ya lo hemos podido probar.
Un SUV compacto y eléctrico, para todos los 'públicos'
Mucho antes ya habíamos conocido el Ford Mustang Mach-e, y pronto se lanzará también el Ford Capri eléctrico, dos vehículos que, como el Explorer, se adueñan de nombres importantes en la historia de la marca.
Una estrategia de cara a mostrar las intenciones que tienen con esta primera avanzadilla 100% eléctrica, aunque Mach-e y Capri reservados a unos nichos de mercado algo más concretos y pequeños, mientras que el Ford Explorer busca ser un superventas.
El diseño de este SUV cero emisiones mantiene en ciertos matices la esencia y genes de la denominación original, pues busca aparentar una voluminosidad y presencia mayor de la que en realidad tiene.
Estamos hablando de un conjunto que mide 4,47 metros de largo, 2.06 metros de ancho y 1,63 metros de alto, que da para un maletero de 470 litros en condiciones normales, a lo que se puede añadir un pequeño compartimento extra bajo el suelo del maletero, en el que se puede guardar el cable de carga u otros pequeños objetos.
El espacio es más que suficiente para el equipaje normal de una familia, y la boca de carga adecuada en su medida para el acceso al mismo, por lo que estar algo por debajo de la competencia en términos de volumen no es algo que reste puntos al Explorer en este sentido.
Interior del nuevo Explorer
Igualmente espacioso es el habitáculo, donde 'el aire' y la sensación espacial son claves para que viajar en este automóvil sea de lo más agradable, pues tanto para los hombros, las cabezas y las piernas de los ocupantes hay sitio de sobra.
El puesto del conductor se ha desarrollado pesando en que haya una sensación de envoltura en la cabina, con todo 'a mano', pero igualmente 'el aire' que podemos esperar de un coche de esta categoría.
En cuanto a los acabados, hay unas claras aspiraciones prémium, y todo está bastante bien solucionado y ensamblado, mezclando partes de plástico con otras más mullidas y detalles que buscan imitar a la fibra de carbono desnuda. El volante, tira de corte deportivo, y está aplastado tanto por la parte superior como por la inferior.
La parte tecnológica a la vista la solucionan con un cuadro de instrumentos de 5 pulgadas y una pantalla del sistema de infoentretenimiento de 14,6 pulgadas en posición vertical y que admite una orientación de 30º, de forma que se pueda adecuar al gusto o necesidades del conductor, además de a los posibles reflejos sobre la misma. Se podría pensar que la instrumentación es pequeña, pero es que no necesita más para mostrar la información de interés para el usuario, y el Head-Up Display (que refleja la información en el parabrisas) puede suplir en todo caso la carencia de tamaño de la misma.
Impresiones al volante de la versión que hemos probado
En definitiva, un conjunto muy bien conseguido, y desde luego una reinterpretación del Ford Explorer original, que no es fácil llevar a un tamaño más compactado y a un segmento como el de los SUV eléctricos.
En la presentación a la que hemos asistido invitados por Ford, lo que nos han dejado probar son unidades con el sistema de propulsión de 286 CV de potencia, es decir, la versión con tracción trasera y el paquete de baterías de 77 kWh de capacidad y de tipo NMC.
Tiene sentido, pues es del que esperan vender más, teniendo en cuenta que esta variante es la que más autonomía homologa, en concreto 602 kilómetros por cada recarga al completo. Eso en el acabado básico, porque si escogemos el superior (Premium), el uso de la batería baja hasta los 572 kilómetros, siempre hablando de ciclo mixto WLTP.
En nuestra prueba, hemos tenido un total aproximado de seis horas de uso del vehículo repartidas en dos jornadas, y con trayectos de no más de 150 kilómetros, en los que se mezclaban zonas de ciudad a baja velocidad, con carreteras nacionales y tramos de autopista.
Suficiente para una primera toma de contacto con el Explorer, y para comprobar que hay una gestión de la respuesta del acelerador que busca más la comodidad y la experiencia similar a un vehículo de combustión, en lugar de esa 'patada' característica de los eléctricos que te deja pegado al asiento, y a la que no le encuentro realmente sentido, menos en un modelo de este corte.
Como sea, y para los que quieran el dato, el 0 a 100 kilómetros/hora lo hace en 6,3 segundos, y es algo en lo que mejora la versión de 340 CV de potencia con tracción total, que lo consigue en 5,3 segundos.
En ciudad permite una conducción suave y muy cómoda, y sorprende lo bien que gira en calles realmente estrechas, mientras que en carretera da buena cuenta de un tarado de la suspensión tirando a duro, aunque en su justa medida para huir de balanceos incómodos de la carrocería.
El Ford Explorer eléctrico pisa con decisión el asfalto y recuerda en sensaciones al Volkswagen ID.4, del que de hecho hereda la plataforma de construcción MEB del grupo automovilístico alemán. Pero el fabricante del óvalo azul ha sabido ponerle todo lo necesario para diferenciarse bien y sacar pecho de los genes norteamericanos, que acaban plasmados en este conjunto.
Es un automóvil realmente cómodo y sencillo de conducir, con todo bien ajustado y equilibrado para no pasarse, pero tampoco quedarse corto, lo que podría ser un acierto frente a la competencia, aunque eso lo dirá el tiempo.
Autonomía real que se puede lograr
Hablando de autonomía real, sería necesario tener el vehículo unos cuantos días y probarlo en entornos más del día a día, pero sí te puedo decir que los 600 kilómetros son factibles en recorridos mayoritariamente urbanos. Si haces más carretera, calculo unos 450/500 kilómetros (buscando una conducción eficiente) en base a las pruebas realizadas que, como digo, son insuficientes para poder afinar este dato.
De la variante más potente (la de 340 CV) no puedo deciros más que los datos oficiales que pone la marca a nuestra disposición, porque no había unidades de prueba en el evento, por lo que cabe destacar que la autonomía es de hasta 566 kilómetros, 532 kilómetros si lleva el acabado Premium.
La batería también es de NMC, pero de 79 kWh de capacidad, pero no son exactamente iguales en construcción y componentes según nos comunican, por lo que no se trata de añadir 2 kWh sin más. Es más, este paquete carga a una potencia máxima de 185 kW y en un tiempo de 26 minutos (del 10 al 80% de la capacidad total), mientras que el de 77 kWh lo hace a 135 kW y en 28 minutos, respectivamente.
Las dos versiones mencionadas ya se venden desde hace semanas en España, y de hecho ya se están entregando las primeras unidades, pero en esta presentación también han querido adelantarnos que a partir del 1 de diciembre de 2024 (en el evento nos habían dicho que lo haría a mediados de octubre) lanzarán una opción con una batería nueva, que igualmente es de tipo NMC, pero de 52 kWh de capacidad.
Esto, para un Ford Explorer que cuenta con tracción trasera y que rinde una potencia de 170 CV, por lo que hablamos de la que va a ser la nueva versión de acceso a la gama del SUV eléctrico en todos los sentidos. La autonomía, después de todo, se queda en 378 kilómetros en el acabado normal, y en los 357 kilómetros si se escoge la terminación más alta. Por su parte, la potencia máxima de recarga que admite este paquete es de 145 kW, y puede completarse en 25 minutos, en las mismas condiciones antes descritas.
A la pregunta de la llegada de esta variante, Ford nos ha confirmado que se trata de una estrategia para bajar el precio del modelo todo lo posible, y llegar a barrera presupuestaria de algunos potenciales clientes. Con todo, son conscientes de que la versión intermedia será la estrella en los concesionarios, principalmente por ser la que más autonomía ofrece.
Precios del Ford Explorer 100% eléctrico
Las tarifas justifican, por tanto, una maniobra así, pues el Ford Explorer de 170 CV se pondrá en diciembre a la venta desde 41.800 euros (44.800 euros en el acabado Premium), con lo que acogiéndose al Plan Moves III y los hasta 7.000 euros que se pueden obtener, se quedaría en 34.800 euros, por debajo de una barrera de precios importante.
En cuanto a la versión que hemos probado, la de 286 CV ya disponible, el precio es de 46.550 euros en su opción normal, y de 49.550 euros en la superior, también con posibilidad de restar la ayuda estatal. Esto implica que hay una diferencia de menos de 5.000 euros entre la versión más económica y la intermedia, que quizá sea inteligente pagar, dadas las ventajas en términos de autonomía que se ganan.
Ya sin Plan Moves III posible, y también a la venta ya, encontramos en la gama la versión más alta, de 340 CV y la única con tracción 4x4, que se vende por una tarifa de 55.850 y 58.850 euros, según se escoja la terminación básica o la Premium.
Sobre esto último, cabe destacar que el paquete superior aumenta el tamaño de las llantas a 20 pulgadas (frente a las de 19 pulgadas), que cuenta con faros LED matriciales en lugar de los Full LED de la opción base, que añade el portón trasero eléctrico de tipo manos libres y un sistema de audio de mayor calidad firmado por B&O, y que recurre a un tapizado de los asientos que es cuero en su totalidad.
Otros accesorios extra interesantes
Sobre los precios mencionados antes, creo que es importante destacar que hay varias opciones que hay que pagar como extra, y que son interesantes. En primer lugar, los asientos AGR que sustituyen a los monopieza de serie, para aquellos que busquen un punto extra de comodidad, y que cuestan sólo 610 euros.
La bomba de calor también hay que tenerla presente en aquellas ciudades más frías, pues por 1.300 euros más tienes un sistema capaz de calentar el habitáculo sin que afecte a la autonomía de la batería de forma considerable. Las llantas de 21 pulgadas también son opcionales, a pagar 1.200 euros extra si estamos en el acabado básico, o unos 600 euros más en el caso de la terminación Premium.