Cuando hablamos de coches eléctricos, inmediatamente y de forma habitual se nos vienen a la cabeza potencias de 200, 300 CV o más; cuando no enormes vehículos con hasta 600 km de autonomía. Unas prestaciones que, hoy día, suponen muchos miles de euros y quedan muy lejos de la economía de la mayoría de españoles. Pues bien, Citroën, con el Citroën ë-C3 Aircross, ha puesto a la venta un SUV eléctrico muy racional y, además, barato.
Basado en la plataforma Smart Car de Stellantis -la misma que utiliza el Opel Frontera, el gemelo alemán del C3 Aircross-, la segunda generación del Citroën C3 Aircross -un SUV que se lanzó al mercado por primera vez en 2018- ofrece un tamaño contenido de 4,39 metros de longitud, 1,79 m de anchura y 1,66 metros de alto; a lo que suma un interesante maletero de 460 L que puede llegar a ofrecer 1.600 L si se abaten los asientos traseros.
Un SUV eléctrico en esencia práctico y racional
Estas primeras cifras dan fe de que, dentro del segmento SUV C, el más vendido en Europa, nos encontramos ante un modelo no excesivamente grande pero que, con una distancia entre ejes de 2,67 metros, puede ofrecer -y luego veremos que, de hecho, lo ofrece- un buen espacio interior.
Por otro lado, se comercializa con tres motorizaciones: una térmica de gasolina con motor 1.2 T de 100 CV, una microhíbrida 1.2T de 136 CV y esta variante eléctrica, de 113 CV. Unas mecánicas de lo más racional, acorde con el espíritu del coche.
Sin embargo, eso no quita para que, en lo estético, el Citroën C3 Aircross, denominado ë-C3 Aircross en su variante eléctrica, no ofrezca una imagen moderna, gracias al uso de rasgos típicos de SUV, como unos pasos de rueda ligeramente sobresalientes, paragolpes robustos y unos faros y pilotos verticales que dinamizan sus líneas. Por otro lado, y como nota desenfadada, se ofrece en hasta seis colores, que se pueden combinar con el techo pintado en blanco o en negro; una opción que cuesta 800 euros extra.
Centrándonos en la variante eléctrica, junto al motor de 113 CV y sólo 124 Nm de par, este Citroën ë-C3 equipa una batería de tipo LFP y 44 kWh que le proporciona una autonomía de 300 km. Con una capacidad de recarga de 100 kW en corriente continua y de 7,4 kW en corriente alterna -11 kWh con un cargador embarcado opcional-, este ë-C3 puede recargar su batería del 20 al 80% en sólo 26 minutos.
A lo largo de 2025, sin embargo, Citroën ya ha señalado que llegará otra versión, con una batería de mayor capacidad -se espera que de 54 kWh- con la que este SUV compacto podrá recorrer 400 km sin recargar.
Un interior amplio y de calidad justa pero correcta
El Citroën ë-C3 Aircross es un coche sin lujos. Y eso, que no es malo, se nota en su interior. De entrada, todos los plásticos que conforman tanto el salpicadero como el revestimiento de las puertas son duros, pero con cierta textura, lo que mejora ligeramente la calidad percibida. Aún así, se ve como un coche eminentemente sencillo, pero que cuenta con unos buenos ajustes.
Si no destaca por materiales, el ë-C3 Aircross sí lo hace por funcionalidad. Algo que logra sin renunciar a un salpicadero original en el que, lo que más destaca, es la forma achatada del volante y la ausencia del tradicional cuadro de instrumentos, ahora relevado por una pequeña pantalla horizontal -Citroën la llama, no sin cierto optimismo, Head Up Display-. Una pantalla que, personalmente, me ha gustado en cuanto que queda más cerca del parabrisas y, por tanto, obliga al conductor a desviar menos tiempo la vista de la carretera.
Junto a ella, y a partir del acabado intermedio You Pack Plus, este Citroën ofrece una pantalla multimedia -de 10,25”- algo pequeña para los estándares actuales con conectividad Android Auto y Apple Car Play. Pero en el acabado base You, la cambia por una sujeción para nuestro smartphone que, a través de una app específica, pasa a ser el centro multimedia del automóvil.
Bajo esta se sitúan las salidas de calefacción y, más abajo de estas, una zona revestida en tela gris. Ya en la propia consola central encontramos -y agradecemos- unos sencillos y ergonómicos mandos de tipo selector para las funciones de climatización y, en los acabados superiores, un cargador para smartphone. Mientras tanto, en el túnel de transmisión, el conductor encontrará el selector del cambio automático y nada más, ya que este coche no ofrece modos de conducción. Y, más atrás, el mando del freno de estacionamiento eléctrico.
En las plazas delanteras, lo primero que identifica un conductor es un coche que no destaca en anchura. Sin embargo, la altura es considerable y de sobra incluso para conductores de más de 1,90 m. Mientras tanto, los asientos, aunque no son demasiado mullidos y se echa en falta algo más de sujeción en su parte elevada, resultan cómodos; aunque no hemos podido probarlos durante largos trayectos.
Las plazas traseras destacan, sobre todo, por el buen espacio para las piernas disponible para los pasajeros -debido a los citados 2,67 m de batalla- Además, la altura es notable y suficiente para que pasajeros de 1,85 m o más se sienten completamente erguidos sin rozar con la cabeza en el techo. Eso sí, los reposacabezas de los asientos se elevan poco, y sólo resultarán útiles para pasajeros de hasta 1,80 m aproximadamente.
Pese a este espacio en las plazas traseras, hay que señalar que las butacas posteriores quedan algo bajas de lo habitual -a la misma altura que los asientos delanteros-, lo que hace que los ocupantes altos viajen con las rodillas algo más flexionadas de lo habitual -supone poco apoyo en la zona posterior de sus muslos-. En cuanto a la plaza central, si bien ofrece una buena altura, no destaca por su anchura; está más pensada para un niño pero, en viajes cortos, tres adultos delgados podrían llegar a viajar no demasiado incómodos.
Un detalle a señalar es que, en el acabado superior Max, la parte posterior de la consola central ofrece a los pasajeros dos tomas USB C y una toma de 12V.
Citroën ofrece para este vehículo la opción de contar con siete plazas, mediante dos auxiliares en una tercerla fila de asientos. Hemos podido subirnos a una unidad equipada con ellas y, dejando a un lado el acceso, difícil en cuanto que hay que voltear sobre sí misma una de las butacas traseras; tanto por altura como por espacio longitudinal para las piernas, quedan reservadas a niños. Al menos, cuando no se necesitan, estas plazas auxiliares quedan enrasadas en el piso del maletero y dejan un fondo plano.
Y ya que mencionamos el maletero, hay que señalar que destaca por una capacidad notable; 460 litros, ampliables a 1.600 L si, en las versiones de 5 plazas, se abate la segunda fila de asientos -partida en modo 40/60-. Además de ello, ofrece formas regulares -con dos bolsillos a ambos lados-, un amplio portón que se agradece a la hora de cargar grandes bultos y elementos prácticos como ganchos laterales; pero no incluye argollas en el piso del maletero para poder sujetar bultos.
Otra cuestión a destacar es que, a partir del acabado intermedio You Plus Pack, el piso del maletero se puede colocar en dos posiciones, una a ras del umbral de carga y otra justo sobre el piso. Entre ellas existen unos 18 cm de altura. Ahora bien, bajo el piso del maletero apenas existe espacio, por lo que el Citroën ë-C3 equipa un kit reparapinchazos en vez de una rueda de repuesto convencional o de tipo galleta.
Una gama de tres acabados
El Citroën ë-C3 se ofrece en tres niveles de acabado, de menos a más equipado; You, You Pack Plus y Max.
El primero de ellos ya incluye seis airbags, freno de estacionamiento eléctrico, faros delanteros Led, control de crucero con limitador de velocidad, sensor de párking trasero, aire acondicionado, elevalunas eléctricos delanteros, retrovisores eléctricos o tapacubos sobre llantas de chapa de 16”.
Mientras, el acabado Pack Plus suma ya llantas -también de chapa- pero de 17”, cristales traseros tintados, barras en el techo, pantalla multimedia central de 10,25” con conectividad Android Auto y Apple Car Play, piso del maletero en dos posiciones, elevalunas eléctricos traseros y cámara posterior.
Por último, la terminación Max añade a lo anterior elementos como llantas de aleación de 17”, pilotos traseros Led, navegador, cargador inalámbrico para smartphone y sensores de aparcamiento tanto delantero como laterales.
¿Cómo va en marcha el Citroën ë-C3?
Con un motor de 113 CV y un par motor de sólo 124 Nm, la respuesta del Citroën ë-C3 sorprende, de entrada, por su agilidad. Lógicamente, su respuesta no se puede calificar nunca de sobresaliente, y más cuando pesa 1.504 kilogramos. Pero en aceleraciones a baja y media velocidad, hasta 80 km/h aproximadamente, se muestra más que convincente -en datos, de 30 a 60 km/h, en 3,2 segundos-.
Con todo ello, alcanza una velocidad máxima de 143 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 12,9 segundos. En uso real, podemos decir que acelera hasta los 120 km/h o algo más con suficiente solvencia; pero desde luego no le pidas prestaciones y atento, porque no hemos podido probar su respuesta en recorridos con fuertes pendientes y con más de dos pasajeros...
Dejando a un lado una dirección no demasiado informativa y con cierta holgura -que, sin embargo, es suficientemente directa, con 2,6 vueltas de volante de tope a tope-, el ë-C3 Aircross, como decimos, sorprende por su -relativa- agilidad a la hora de tomar curvas. La carrocería cuenta con una amortiguación firme que contiene bien los movimientos tanto de cabeceo como de balanceo, y el reparto de pesos -con un motor pequeño bajo el capó- hace que el conductor apenas note las inercias y que los cambios de apoyo se realicen con absoluta fluidez. Por ende, la suspensión absorbe lo suficiente para ofrecer un buen confort a los pasajeros.
En cuanto a los frenos, cada vez que pisamos el pedal, éste ofrece un leve recorrido ‘en vacío’ -durante el que los frenos no actúan para detener el coche- de apenas un par de centímetros. A partir de ahí, la respuesta es suficiente y progresiva; por tanto, fácil de modular para el conductor.
Hablar del consumo nos resulta un poco más complicado por varias razones. Una es que este Citroën ë-C3 Aircross carece, en el ordenador de a bordo, de medición instantánea o media de consumo -ocurre lo mismo en su ‘gemelo’ el Opel Frontera-; por lo que lo hemos calculado, grosso modo, en función del kilometraje recorrido y de la autonomía restante indicada.
Por otro lado, el recorrido por el que pudimos probar fue un tramo de carretera secundaria, con mucho tráfico lento y el que, en la medida que éste nos lo permitió, le exigimos fuertes aceleraciones al coche.
Así, frente a los consumos homologados por Citroën para este coche en recorridos -entre 18,1 y 18,3 kWh/100 km- nosotros gastamos unos 17,5 kWh/100 km aproximadamente, un consumo que en autovía podría superar ligeramente los homologados y dejar la autonomía real para viajes en torno a unos 220 ó 230 km.
Sin embargo y si tal y como señala Citroën, hasta el 93% de los propietarios de SUV pequeños en Europa “conducen menos de 80 kilómetros diarios”, una carga del ë-C3 da para casi tres días de recorridos. Algo perfectamente compatible con un uso diario incluso si tenemos en cuenta que, conectado a un punto de recarga Green´Up de 3,7 kW de potencia, este SUV tarda 9 horas y 40 minutos en cargarse por completo.
Los precios del Citroën ë-C3
Los precios oficiales del Citroën ë-C3 parten, incluyendo los descuentos comerciales de la marca pero no aquellos por financiación, desde los 25.880 euros. En concreto, y para los tres acabados, son estos:
- Citroën ë-C3 Aircross YOU: 25.280 €.
- Citroën ë-C3 Aircross YOU Pack PLUS: 27.780 €.
- Citroën ë-C3 Aircross MAX: 30.480 €.
Ahora bien, y a falta de saber qué ocurrirá con el Plan MOVES, que según el Gobierno debería aprobarse “en unas semanas”; Citroën ya facilitó en su momento el precio final del ë-C3 incluyendo los 7.000 euros de ayuda máxima. Con ellos, este SUV eléctrico compacto parte desde los 18.280 euros.