Los últimos meses se han caracterizado por una serie de nuevos aranceles que en primer lugar inició la Unión Europea contra China, una maniobra seguida por Estados Unidos, cuando todavía estaba en el poder Joe Biden. Aquello respondía a lo que ambos territorios tacharon como competencia desleal por parte de China, pero hace unos días Donald Trump arremetió con tasas más duras, no sólo contra el país asiático, sino que contra todo el mundo, y se ha ganado muchos enemigos.
En este escenario, el presidente de China, Xi Jinping, ha asegurado que no tiene miedo a las maniobras de Donald Trump, y de hecho ha sentenciado que no responderá más a nuevas medidas arancelarias de Norteamérica que afecten al país asiático.
China asegura ser autosuficiente y no temer a los aranceles

Jinping lo dice tras haber respondido con una subida de las tasas del 34 al 84% a todos los productos norteamericanos que quieren comercializarse en suelo chino, para luego igualar lo que Estados Unidos impuso como represalia a ese movimiento, con aranceles de hasta el 125%.
Tras esto, el presidente de China dijo que dejaría de subir más dichas tasas para centrarse en la gestión de sus propios asuntos. No hay que perder de vista que los aranceles con los que ambos se han penalizado hacen que el precio sea de más del doble. De ahí que Xinping haya confirmado que no responderá a nuevos aranceles de Trump, pues en realidad lo que ya rige ha dejado fuera de juego a los productos norteamericanos en China.
Xi Jinping, de paso, recuerda que China es autosuficiente desde hace 70 años y que no tiene ningún interés en que haya una guerra comercial, pero tampoco tiene miedo a responder. De hecho, considera que ir en contra del resto del mundo, como hace Estados Unidos, hará que el territorio se aísle.
Además, en las recientes declaraciones dadas por el presidente de China, se reitera la necesidad de una globalización económica y de un libre comercio, para lo que pide a la Unión Europa, entre otros, un acercamiento para aliarse contra la estrategia de Estados Unidos. Todo, en un escenario en el que China denunció en su momento a Bruselas ante los tribunales europeos por los aranceles que todavía se imponen los coches eléctricos chinos.
Tesla, entre los afectados por la guerra comercial entre EEUU y China

Entre las consecuencias de la guerra comercial entre Norteamérica y China, ya hemos sabido que Elon Musk ha decidido dejar de aceptar pedidos de Tesla Model S y del Tesla Model X, pues ambos se fabrican en EEUU y están afectados por esta subida de aranceles. Sólo se puede optar por unidades en stock que ya estén en territorio chino y que no tendrán que asumir las nuevas tasas.
Eso sí, los Tesla Model 3 y Tesla Model Y que se producen en Shanghái se libran de la política arancelaria, y de hecho son los que más ventas tienen en China históricamente, pues apenas se vendieron 2.000 unidades entre el Model X y el Model S de Tesla, frente a las 661.820 unidades de los dos primeros.
Como sea, Tesla ha perdido ventas por todo el mundo, y también en un territorio tan importante a nivel comercial como China, por lo que cualquier pérdida de cuota, por pequeña que sea, es otro paso atrás después de lo que el fabricante norteamericano, con Elon Musk al frente, había conseguido en los últimos años.